El uso de medicamentos al volante sin haber leído el prospecto o haciendo un uso incorrecto de los mismos puede provocar situaciones de peligro en la carretera muy similares a lo que ocurre cuando se consume alcohol y/ drogas. Aproximadamente el 25% de todos los tratamientos que se pueden comprar sin receta médica pueden tener efectos adversos para la conducción.
A esto hay que sumar que, según la última memoria publicada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el 26% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico durante el año 2015 y que posteriormente a su fallecimiento fueron sometidos a autopsias dieron positivo en el consumo de psicofármacos.
Atendiendo a estas cifras y con un objetivo más que claro, la Dirección General de Tráfico ha firmado, junto al Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, un protocolo general de actuación para la prevención de los accidentes de tráfico relacionados con la toma de medicamentos.
Este protocolo incluye diversas actividades como la elaboración de una guía de formación y de intervención del farmacéutico en la dispensación de medicamentos que pueden interferir sobre la capacidad de conducción o el desarrollo de una campaña de educación sanitaria en las farmacias con el fin de sensibilizar a la población sobre el uso de medicamentos y la conducción, entre otras.
«La firma de este Protocolo nos va a permitir llegar de una manera más directa y personalizada a los ciudadanos que toman medicamentos, para concienciarles, a través de los profesionales farmacéuticos, de cómo algunos de los medicamentos pueden interferir en la conducción», ha explicado el Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.
Además, Zoido ha añadido que «la labor informativa y de sensibilización a desarrollar por estos profesionales sanitarios es esencial para prevenir accidentes de tráfico, de modo que lo que hoy hemos firmando es un paso más para erradicar la lacra social que son los accidentes viales».
