La antigüedad media de los vehículos en los que viajaban las víctimas mortales de accidentes en carretera en 2017 fue de 13,2 años en turismo. Éste dato es preocupante cuanto menos y es por eso que la DGT pone en marcha, durante toda esta semana, una campaña dedicada exclusivamente a la vigilancia de las condiciones de los vehículos que circulan por las carreteras.
Según el último estudio realizado por Tráfico, el riesgo de fallecer o sufrir una lesión con hospitalización aumenta con la antigüedad del vehículo. En comparación con los turismos de hasta 4 años, el riesgo de fallecimiento es 1,6 veces superior en los turismos de 10 a 14 años y 2,2 veces superior en los turismos de 15 a 19 años. Teniendo en cuenta esta relación entre riesgo y antigüedad del vehículo, el mantenimiento adecuado de todos los elementos de seguridad se convierte en una condición imprescindible para combatir la siniestralidad.
Elementos clave en la seguridad
En primer lugar, por su importancia al tratarse del único elemento de contacto directo entre el vehículo y la carretera, están los neumáticos. Aproximadamente más de un millón de los vehículos, un 5% del total, circulan con defectos graves en las ruedas, principalmente por llevar una profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal de 1,6 mm; tener un desgaste irregular debido a una mala suspensión o una alineación incorrecta y circular con una presión errónea.
Los grupos lumínicos son otro de los elementos fundamentales en la seguridad y se aconseja prestar una especial atención a la utilización, mantenimiento y regulación de los faros, para disponer de luz suficiente y no deslumbrar a quien circula por las mismas vías públicas. Las lámparas deben cambiarse, siempre de dos en dos para mantener la simetría lumínica, cada 2 años o 40.000 kilómetros.
Además de neumáticos y luces, también es importante un correcto mantenimiento de otros elementos como la placa de la matrícula, verificando que no presentan obstáculos que impidan o dificulten su lectura e identificación; el parabrisas, comprobando que no presenta daño alguno, ya que es una pieza fundamental en la resistencia estructural del vehículo; y la documentación del vehículo, que se debe llevar obligatoriamente junto al permiso de circulación.
Por último, la ITV es fundamental para la seguridad vial. Está demostrado que los fallos técnicos de los vehículos contribuyen de forma decisiva a los accidentes. Del total de vehículos inspeccionados realizadas en 2016, 3,6 millones no superaron a la primera la inspección obligatoria (19% del total), lo que supone que casi uno de cada cinco vehículos fue rechazado por no reunir las condiciones mínimas de seguridad.