Después de haber llegado a un acuerdo con los propietarios de los vehículos afectados por el fraude de emisiones en los Estados Unidos y haber comenzado a reparar los motores en Europa, el último capítulo del escándalo protagonizado por el Grupo Volkswagen podría no haberse escrito aún. Y es que la EPA -Agencia de Protección Medioambiental estadounidense- habría encontrado un sistema de software ilegal también en los propulsores de gasóleo de tres litros y seis cilindros, según la publicación Bild am Sonntag.
En caso de confirmarse la noticia, en los Estados Unidos existirían aproximadamente 85.000 unidades con este problema. Se trataría de unos 13.000 Porsche Cayenne, 2.000 Volkswagen Touareg y 70.000 Audi, entre los que se encontrarían los modelos Q5, Q7, A6, A7 Sportback y A8. El sistema desconectaría el control de emisiones tras 22 minutos, por los 20 minutos que tardaban en hacerlo los primeros motores a los que se les descubrió este fallo. Curiosamente, la prueba de homologación de emisiones que la EPA aplica en los Estados Unidos dura aproximadamente 20 minutos.
El pasado mes de noviembre la EPA denunció que Volkswagen también había trucado este tipo de motores y, aunque en un principio lo desmintió, más tarde accedió a la revisión de los mismos. En cualquier caso, el fabricante alemán defendió que éstos únicamente necesitarían una pequeña reparación, por lo que la opción de recompra -como sí ocurrió con los 2.0 TDI de cuatro cilindros- quedaba totalmente descartada. Tras la salida a la luz de las últimas noticias, la ley podría obligar a Volkswagen a la recompra de estos modelos también, lo cual incrementaría el coste del Dieselgate en unos 1.130 millones de euros más.