Aunque aún no es oficial, algunos medios de Estados Unidos han filtrado ya el acuerdo entre los consumidores, las autoridades federales y del Estado de California y Volkswagen por el escándalo de las emisiones. Volkswagen hará frente a una sanción histórica, debiendo pagar un montante total de 15.000 millones de dólares.
Volkswagen pagará entre 5.000 y 10.000 millones de dólares por la recompra de los coches con el motor de cuatro cilindros 2.0 TDI diésel al que se le instaló un software para manipular las emisiones. La cantidad final dependerá del valor residual de los coches afectados, tomando como referencia los precios de antes de septiembre de 2015, fecha en la que se destapó el escándalo.
No obstante, los propietarios, que no estarían obligados a aceptar esta recompra, tendrán hasta diciembre de 2018 para decidir. Además, en caso de decidir quedarse con sus vehículos, Volkswagen estará obligada a corregir el defecto en sus talleres oficiales sin coste alguno. Esta solución técnica, aprobada por la Agencia Medioambiental de EE.UU. (EPA) y cuyo coste Volkswagen no ha especificado, modificaría las prestaciones y consumos de los modelos afectados.
Volkswagen deberá pagar también 2.700 millones de dólares a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en compensación por el daño medioambiental provocado por los vehículos trucados. Además, habría que sumar una contribución de 2.000 millones de dólares en proyectos de desarrollo de nuevos vehículos ‘limpios’.
Por otro lado, esta sanción millonaria no implica que los propietarios de vehículos afectados puedan continuar con sus causas legales por otro lado, inflando aún más la factura final de Volkswagen por el DieselGate.
