La semana pasada la empresa pizzera Domino’s Pizza presentó en Estados Unidos un Chevrolet Spark llamado DXP adaptado para el transporte de este plato, en un principio coto exclusivo de las scooters. El pequeño vehículo tiene en su interior un horno –para que no se enfríen- y capacidad de hasta 80 pizzas, en una acción que apunta más a estrategia de marketing que a una utilidad real.
No en vano, la compañía ha encargado ya 20 unidades a modo de prueba de un coche cuyo diseño se ha estado gestando durante 3 años. El precio de cada vehículo para los franquiciados es de entre 20.000 y 25.000 dólares –entre 18.000 y 22.500 euros aproximadamente-, aunque su adaptación corre a cargo de la franquicia. Además, Chevrolet participará activamente en la introducción de este coche en el mercado mediante su presencia en eventos.
El protagonista, que solamente cuenta con un asiento para el conductor y espacio extra para bebidas y complementos, ha empezado ya a repartir la comida; labor importante para Domino’s, pues representa dos de las terceras partes de su negocio, con 400 millones de pizzas entregadas anualmente solo en Estados Unidos y 16 millones de km. recorridos semanalmente por sus repartidores.