En 2010 Madrid, junto a Barcelona y Sevilla, se sumó al Plan MOVELE del Ministerio de Industria para la incentivación del vehículo eléctrico. Este programa incluía un presupuesto de 72 millones de euros para conceder ayudas de hasta 6.000 euros a quien se fuera a comprar un eléctrico, y el papel de los ayuntamientos colaboradores consistía en instalar la infraestructura para poder recargar estos coches; sin embargo, Madrid se unió estableciendo el año 2012 como fecha en la que revisaría su política en este asunto. El Plan MOVELE pretendía conseguir la venta de 50.000 unidades de eléctricos en toda España en 2012; al final, sólo fueron 437.
Según informa el diario El País, en 2012 el recibo de la luz por los postes de recarga de vehículos eléctricos le supuso al ayuntamiento de la capital un desembolso de 728 euros en total. El compromiso de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, era mantener la gratuidad de estos postes hasta este año, con lo que a partir de ahora queda abierta la puerta a su privatización. Existen dos posibilidades, y con ambas se pasaría a tener que pagar por la electricidad suministrada: Que pasen a gestionarlos las empresas participantes en el Plan MOVELE, o que directamente se saquen a concurso.
No obstante, a pesar del pesimismo del consistorio, lo cierto es que el consumo de electricidad en los postes públicos de recarga de Madrid aumentó de los 426 KwH de 2011 a 3.532 KwH en 2012.