Durante el mes de abril de este año, reporteros de Ponle Freno visitaron 25 centros en cinco ciudades españolas. En 17 de esos 25 centros obtuvieron con facilidad el certificado médico pertinente y les declararon aptos, pese a mostrar errores graves que debían habernos impedido aprobar el examen psicofísico.
Además, en ninguno de los 25 centros visitados se cumplía al 100% la norma sobre este tipo de centros. O bien no estaban presentes los tres médicos exigidos por la Ley (un psicólogo, un oftalmólogo y un doctor en medicina general), o bien no se realizaban algunas de las pruebas imprescindibles (cámara de audiometría, auscultación de pulmón y corazón, tensión arterial, prueba de deslumbramiento, prueba de estimación de movimiento, coordinación bimanual y tiempo de reacción múltiple). Sólo el clásico panel de letras iluminado estaba presente en todos.
Nueva normativa
Aunque posteriormente ha entrado en vigor una nueva norma sobre estos centros que trata de lograr más eficacia (y que permite, por ejemplo, tener al centro un concierto con un oftalmólogo externo), tampoco ninguno de los 25 centros visitados cumpliría el nuevo reglamento de centros.
De las cinco ciudades visitadas, sólo en Bilbao hemos encontrado cierto rigor. Nos suspendieron en los cinco centros a los que asistimos. Por el contrario, en Madrid y en Barcelona conseguimos el certificado en los cinco centros, en Sevilla lo obtuvimos en tres de los cinco centros y en Valencia sólo nos suspendieron en uno de los cinco.
En las 25 ocasiones, los reporteros cometieron errores que deberían haber imposibilitado la obtención del certificado o haberlo conseguido con restricciones.
No ver la tercera fila de letras del panel iluminado, no escuchar por un oído, tomar tranquilizantes, estar en riesgo de ataques epilépticos, cometer graves errores de coordinación- Nada de ello fue impedimento en la mayoría de los centros médicos para ser declarados «aptos», con tal de que se pagara.
Diferencias de precios
Respecto al precio, Barcelona fue la ciudad más cara con diferencia, con precios entre los 50 y los 65 euros, mientras que Sevilla fue la más barata (de 33 a 37 euros). Valencia fue la segunda ciudad más cara, con un precio medio de 48 euros, por los 36 a 40 euros de Madrid y los 41 de Bilbao.
El psicólogo no estaba presente en siete de los 25 centros, el doctor en medicina general faltaba en ocho de los 25 y el oftalmólogo (que ahora, con la nueva ley, puede ser «externo»), faltaba en 10 centros.
La auscultación de pulmón y corazón, marcada como obligatoria en la ley, no se realizó en ninguna de las 25 ocasiones. Otras pruebas, como la toma de tensión arterial (un valor que hay que anotar en el certificado y que se realiza con rapidez y facilidad incluso en las farmacias), tampoco se realizó en ocasiones, anotándose los valores «a ojo».
La cámara de audiometría tampoco estaba presente en muchos de los casos y los paneles de letras, lo único común en los 25 centros, los llegamos a encontrar modificado para facilitar el examen, con las letras más grandes.