El análisis de AutoScout24, que mueve el 40% de los vehículos usados que se comercializan en España, constata un incremento de la oferta de coches de segunda mano que, debido a su antigüedad, no disponen de los sistemas de seguridad más habituales como el airbag, la dirección asistida o el ABS que es obligatorio desde 2003 en los coches de serie.
Tanto es así que el informe de AutoScout24 muestra que más de la cuarta parte de este tipo de -vehículos de tercera mano- no cuentan con dispositivos ABS -diseñados para garantizar la adherencia de los neumáticos durante el frenado- o que más de la mitad tampoco disponen de airbag de acompañante ni de protecciones laterales.
Lo mismo ocurre con la dirección asistida que, si bien estaba presente hace tres años en el 80% de los usados, ahora con la entrada de los coches -mileuristas- el porcentaje ha caído drásticamente hasta situarse en sólo el 68% de los coches a la venta.
Como dato curioso, el estudio pone de manifiesto que sólo uno de cada diez usados dispone de sistemas de ayuda de navegación para diseñar rutas y proporcionar datos de geolocalización, mientras que algo más del 12% cuenta con dispositivos de ayuda de aparcamiento.
Coches potencialmente más peligrosos
Por ello, el informe alerta de que este tipo de vehículos -mileuristas-, muy rodados y con un kilometraje superior a los 100.000 kilómetros, son potencialmente también más peligrosos para las carreteras españolas, que vienen registrando precisamente un dramático repunte de la siniestralidad en estos últimos meses, según la DGT.
Asimismo, su alta edad -el 76% de los usados que se venden supera los ocho años- es otro factor de riesgo no sólo por su antigüedad sino también por su menor cobertura del seguro, que lleva a sus propietarios a espaciar sus revisiones y reparaciones justo cuando precisarían de un mayor mantenimiento para garantizar su buen estado.
La necesidad de un plan de achatarramiento
Por este motivo, AutoScout24 llama la atención sobre la necesidad de eliminar este tipo de vehículos del parque, mediante la puesta en marcha de un -plan de achatarramiento- que permita, por un lado, retirar de la circulación estos coches viejos y peligrosos y, por otro, ofrecer a los particulares una compensación económica al no poner a la venta estos vehículos en busca de un -pico por pequeño que sea-.
Con la puesta en marcha de un programa de rejuvenecimiento del parque, se podrían retirar de nuestras carreteras estos coches de -tercera mano- y que, como consecuencia de la delicada situación económica y del brusco fin del plan 2000E, continúan circulando en España en detrimento de la seguridad vial.
