El espionaje industrial en Renault, una acusación falsa

Según el fabricante francés, estos tres empleados recibieron importantes sumas de dinero de empresas chinas a cambio de información sobre los planes eléctricos de la firma del rombo, rumores que no sólo les costó el puesto, sino que llevó a Renault a presentar una demanda ante el fiscal del Estado de París por actos que […]


Según el fabricante francés, estos tres empleados recibieron importantes sumas de dinero de empresas chinas a cambio de información sobre los planes eléctricos de la firma del rombo, rumores que no sólo les costó el puesto, sino que llevó a Renault a presentar una demanda ante el fiscal del Estado de París por actos que supuestamente constituyen -espionaje industrial organizado, corrupción, violación de confianza, robo y ocultación-.

Sin embargo, el caso ha dado un giro de 180 grados: Renault, que hasta ahora parecía la víctima de todo este proceso, se ha convertido en el verdugo de los tres acusados de espionaje. Según el fiscal Jean Claude Marin, no hay ningún rastro de cuentas en Suiza ni de dinero proveniente de mafias chinas, y confirma lo que ya temía la marca francesa desde hace semanas, que no hay caso de corrupción sino un delito de fraude informativo dentro de la compañía. Renault no ha tenido más remedio que reconocer que no ha habido tal trama y tanto Carlos Ghosn -presidente de la empresa- como Patrick Pélata -director general- han perdido perdón a los tres trabajadores, con los que se reunirán en breve para hablar de una posible indemnización. Y es que Renault quiere -reparar el daño para que su honor sea restaurado a ojos de todos, teniendo en cuenta el grave perjuicio humano que ellos y sus familias han sufrido-, como reconoce la firma francesa en un comunicado oficial.

¿En qué quedará ahora todo esto? El propio director general de Renault, Patrick Pélata, afirmó que si se confirmaba la inexistencia de una trama de espionaje se iban a tomar medidas a todos los niveles, dejando la puerta abierta a una posible dimisión. Para empezar, Dominique Gevrey, uno de los responsables de seguridad de Renault, fue detenido anoche cuando se disponía a coger un avión en el aeropuerto de Charles de Gaulle con destino a Guinea Conakry. Y es que Gevrey fue la persona que soltó la liebre de las cantidades abonadas por empresas chinas a los tres imputados, una afirmación falsa que podría tener graves consecuencias.

El culebrón amenaza con no terminar aquí, así que seguiremos informando para que conozcas cómo termina esta historia de espías en el seno de Renault.

Scroll al inicio