Este descenso se explica por dos motivos: por una parte por la fuerte caída de las ventas -en los últimos seis meses apenas se han contabilizado 442.217 operaciones- y, por la otra, por la elección, por parte de los compradores, de coches más pequeños. En este periodo, la cuota media abonada en concepto de impuesto de matriculación ha sido de 703 euros, un 4% que en los primeros seis meses del ejercicio precedente. Esto ha hecho posible que la recaudación haya caído incluso por debajo de las ventas -26,8%-.
Así, la base imponible declarada por los contribuyentes que compraron un coche entre enero y junio alcanzó 5.900,54 millones de euros, según la Agencia Tributaria, lo que representa una disminución del 25,1% respecto a los 7.884,8 millones contabilizados en el primer semestre de 2010. Esto implica que el precio medio de los coches vendidos en España aumentó un 3,7% en los seis primeros meses del año, hasta los 17.079 euros -en el mismo periodo de 2010 fue de 16.469 euros-.
El único dato positivo lo encontramos en el medio ambiente, ya que los coches comercializados en este periodo han reducido las emisiones una media del 2,8% respecto al mismo semestre de 2010, hasta situarse en 136 gramos por cada kilómetro recorrido.