Pero, ¿cómo conseguirlo en plena crisis? Pues en Subaru, como está pasando en la mayoría de las marcas, creen que la manera de lograrlo es seguir la ‘moda Qashqai’: es decir, crear un todo camino compacto de aspecto robusto y atractivo, un buen comportamiento en carretera -al fin y al cabo, el cliente tipo de este tipo de modelos realiza el 95% de su kilometraje sobre esta superficie…-, un buen nivel de equipamiento y una gama de motores que tenga una buena respuesta y, sobre todo, un bajo consumo.
Y, así, ha nacido el XV, un modelo del que Subaru pretende vender 1.000 unidades en 2012. Por fuera, es un todocamino que destaca por tener un diseño bastante personal, algo que unido a su exclusividad -el objetivo de ventas es relativamente bajo, por lo que será difícil que tu vecino tenga otro igual…-, hace de él un coche un tanto diferente. En Subaru, eso sí, han querido darle un ‘toque’ un poco más rutero que algunos de sus rivales, y por eso cuenta con una altura libre de 22 cm.
En el interior, además de un maletero de 380 litros -con kit reparapinchazos, si bien se ofrecerá la posibilidad de instalar una rueda de galleta-, el XV cuenta con una plazas traseras amplias para dos adultos pero algo justas para tres por anchura, mientras que, delante, la postura de conducción es prácticamente idéntica a la de un turismo, con las piernas bastante estiradas. La calidad de acabados es buena por ajustes, si bien los plásticos de als zonas inferiores reultan un poco duros.
Mecánicamente, la gama está formada por tres motores. El primero es un 1.6 gasolina atmosférico de 117 CV asociado a un cambio manual de cinco marchas con reductora. El segundo es un 2.0 gasolina atmosférico de 150 CV con cambio automático CVT de seis marchas. La gama se completa con un 2.0 turbodiésel de 150 CV con cambio manual de seis velocidades. Todos ellos llevan el sistema de tracción total permanente Simmetrical AWD de Subaru -que, por cierto, ayer día 31 de enero cumplía 40 años; emplea un diferencial central viscoso-, y sólo el 1.6 cuenta con una reductora.
Para nuestra prueba tuvimos ocasión de probar un 2.0 diesel. Su respuesta es contundente y bastante progresiva -empuja con bastante fuerza a partir de 1.600 rpm, y ‘estira’ con decisión hasta unas 3.500 rpm-, si bien resulta un poquito más ruidoso que otros modelos de la competencia. Su consumo medio es de 5,6 l/100 km y no lleva Stop&Start, un dato que está bastante bien teniendo en cuenta que lleva tracción total permanente. El cambio de seis marchas tiene un tacto firme. Resulta preciso, si bien no muestra un guiado tan perfecto como el que puede tener un cambio manual de Volkswagen, algo que te ‘obliga’ a manejarlo con un poco de tiento y decisión.
El comportamiento es bueno, si bien la carrocería balancea un poquito más de la cuenta sólo si se intenta circular deprisa por carreteras reviradas. Esto resta un poco de agilidad y confianza en estos casos, si bien sus reacciones en general son muy nobles y es difícil encontrarse en una situación de peligro. Sí es un modelo relativamente cómodo tanto en carretera como en caminos, pues la suspensión absorbe las irregularidades del terreno con suficiente suavidad.
Para terminar, la gama XV está formada por cuatro acabados: Advance -con siete airbags, ESP, las llantas de 17″ de la foto, climatizador…-, Sport -con climatizador bizona, sensor de luz y de lluvia, radio CD con USB y Bluetooth, control de velocidad…-, Executive -añade faros de xenón y navegador, además de levas en el volante en el caso del 2.0i- y Executive + -con techo solar, tapicería de cuero, asiento del conductor con regalje eléctrico, acceso manos libres y arranque por botón-.
Los precios de la gama son los siguientes:
1.6 Advance: 19.900 € -incluye descuento de 1.000 €-.
1.6 Sport: 23.500 €.
2.0i Executive: 27.000 €.
2.0i Executive+: 29.000 €.
2.0d Sport: 27.500 €.
2.0d Executive: 29.000 €.
2.0d Executive+: 31.000 €.