Recuerdo al Doctor Pellegrini
Para los veteranos scooteristas españoles la introducción de este tipo de moto en nuestro país va unida al recuerdo del Doctor Pellegrini, como director general de la fábrica Vespa en Madrid, hace sesenta años. A don Lelio Pellegrini se le llamaba también, amistosamente, el Marqués, porque su apellido coincidía con su titulo nobiliario. Era un italiano cordial, serio y simpático, entregado a fomentar la aceptación de la Vespa como vehículo social. El pequeño coche de dos ruedas se hizo imprescindible para los profesionales con necesidad de moverse por las ciudades con agilidad productiva. El Doctor tuvo la genial idea de crear los Vespa Clubs, extendidos rápidamente por toda nuestra geografía, y fomentó la celebración de gymkhanas, pruebas de habilidad demostrativas de la seguridad de las Vespas. Muchos vespistas equiparon su máquina con un sidecar, apropiado para trasladar a un tercer viajero y, en ocasiones, válido como cuna rodante del pequeñín de la familia.
En toda España se instalaron excelentes comercios Vespa. Mi genial colega y maestro Virgilio Hernández Rivadulla y el piloto Carlos del Val – con organización del entonces redactor jefe de la revista Motociclismo, Ramón Valentí – dieron una vuelta a la península en Vespa, sólo con paradas técnicas, atendidos por la extensa red de talleres de la marca. Años después yo mismo como editor de la revista, me encargué de repetir la prueba con los mismos deportistas para un motivo benéfico.
El Doctor Pellegrini alentó a los Vespas Clubs y a las autoridades deportivas para la celebración del Rally Internacional de las 20 provincias Vespa. Se convirtió en un clásico de mucha categoría y descubrió a formidables pilotos vespistas de toda Europa. Por ultimo, recuerdo con emoción la cabalgata de Reyes Magos ideada por el Doctor. Yo mismo formé parte, disfrazado de barbudo enano, como conductor de una de las siete Vespas, caballos mecánicos de una carroza-trono y desde ella, Blancanieves – mi esposa – lanzaba caramelos a la multitud.
La múltiple labor creativa de Pellegrini favoreció a todos los scooters y al motociclismo español en general. Es, por lo tanto, muy merecido este sencillo homenaje de recuerdo al histórico industrial y a su ejemplar imaginación.