
El Easy Fill Tyre Alert se compone de un sensor de presión en cada rueda, los cuales transmiten la información recogida a la pantalla en el centro del cuadro de instrumentos. Si el dispositivo detecta que una rueda tiene poca presión, o bien que tiene demasiada, envía un mensaje de alerta al conductor para que pare en la siguiente estación de servicio a corregir el problema, con la consiguiente mejora en seguridad activa.
Pero lo más novedoso de todo es cómo, durante el inflado, el vehículo informa al usuario de cuándo comienza y cuándo hay que terminar, ya que durante todo el proceso el coche enciende automáticamente sus intermitentes… y tocará la bocina para avisar de que ya es suficiente. Si el usuario no se entera, la tocará tres veces para indicar que tiene que corregir el sobreinflado y extraer aire del interior de la rueda. El claxon volverá a sonar cuando el inflado quede correcto.
El Departamento de Energía de Estados Unidos estima que un correcto inflado puede ahorrar un 3,3 % de combustible, y en materia de seguridad las distancias de frenado y la adherencia pueden mejorar de forma considerable.