Tanta prisa se debe a que el Presidente de Lamborghini, Stephan Winkelmann, exigió un concepto rompedor e innovador para exhibir en el Salón de Ginebra -con la clara intención de quitar protagonismo a su máximo rival, el Ferrari F12-. A pesar de las aparentes similitudes con el Aventador -está fabricado sobre su plataforma y hereda esquemas de suspensiones o el motor-, ambos modelos apenas comparten algunos elementos de la carrocería, como pueden ser el capó, los guardabarros o los faros.
Según Winkelmann, -es el descapotable más radical en la historia de Lamborghini y supone la expresión más extrema de nuestro ADN-. Además, apuntó que -un gran número de clientes de alto poder adquisitivo estaban interesados en este coche, pero al final hemos elegido a uno de los más leales, que lo adquirió por 2,1 millones de euros» -antes de impuestos; en España, unos 2,8 millones de euros-. Después de Ginebra y, tras realizar algún tipo de actividad promocional, se lo entregaremos-. Esto quieres decir que sólo existe esta unidad, que no habrá más y que, a no ser que seas el vecino de este anónimo comprador, jamás verás uno de estos circulando por una vía pública.
Lamborghini ya lanzó un concepto parecido en el Salón de Ginebra de 2005… aunque basado en el Gallardo: se llamaba Concept S.