Despistes, costumbres, hábitos… llámalos como quieras, pero todos nosotros, y más con el paso de los años, desarrollamos ciertos comportamientos que son, cuando menos, peligrosos y desaconsejables. Errores que son más comunes de lo que parece y que se pueden clasificar en cuatro grupos:
Errores en la posición de conducción
Recuerda, las dos manos siempre en el volante, de forma que si fuera la esfera de un reloj estarían marcando las 10 y 10. La espalda bien apoyada en el asiento, recta y con los brazos estirados, con un ligero ángulo: ni excesivamente estirados ni encogido y pegado al volante. Es necesario para tener la correcta capacidad de mover el volante y no tropezar con tus propias manos entre ellas al tener que hacer un giro rápido.
Errores por exceso de confianza
Muchos años tras el volante, muchos kilómetros a las espaldas y sin ningún accidente€pueden ser un arma de doble filo. Que duda cabe que la experiencia es un grado, pero también responsable, en parte del exceso de confianza. Este exceso de confianza se puede convertir en mayor velocidad de crucero de la debida o en una disminución de las distancias de seguridad. Incluso en algunos casos este comportamiento se «contagia» a los acompañantes, que confían ciegamente en tus capacidades y les llevan a, por ejemplo, adoptar posiciones incorrectas como los pies en el salpicadero, algo que no es difícil ver en nuestras carreteras.
Errores por falta de atención
Equipos de sonido, navegadores, teléfonos móviles… cada día hay más «aparatitos» dentro de nuestros coches capaces de distraer nuestra atención de lo realmente importante cuando estás al volante: la carretera. Buscar una dirección en el navegador, cambiar de emisora o el volumen de la radio o, simplemente, la conversación con los acompañantes pueden ser causantes de ese despiste que te saque de la carretera o provoque el accidente con otro vehículo. Y muchos de nosotros pensamos que «esto no nos pasa». Haz un ejercicio sencillo: en tu próximo trayecto, preguntare al llegar: ¿He parado en el semáforo «X»? ¿Estaba en verde?¿En la rotonda he cedido el paso a alguien? Si no te acuerdas, mal asunto.
Errores mecánicos o por falta de mantenimiento:
Lo habrás oído cientos de veces: revisar el estado y presión de los neumáticos, el nivel de aceite, el estado de frenos, suspensión, dirección y otros sistemas del coche; en ello te va la vida. Pero tampoco son pocos los que lo «obvian» con un «si mi coche va bien». Y tampoco olvides mirar los niveles de refrigerante y el estado de las luces y limpias.