Esto supone una ganancia de un 25% de potencia respecto a la versión de 160 CV y caja de cambios manual, así como de un 18% en relación a la de 170 CV y automática. El par también ha mejorado, en este caso un 16 y un 18%, respectivamente.
Este aumento de prestaciones se ha logrado paralelamente a una reducción del consumo. En la versión con carrocería corta y cambio manual, es de 8,4 litros a los 100 kilómetros, dos décimas menos que en la variante automática, elegida para este test.
Al reducirse los consumos, las emisiones de CO2 también están a la baja (238 gramos cada 100 kilómetros frente a los 244 actuales), lo que permite al Montero contaminar menos, si bien esto no se traducirá en una disminución del Impuesto de Matriculación, cuya máxima tasa se aplica a cualquier TT que sobrepase la barrera de los 200 g/km.
Estéticamente, Mitsubishi ha jugado la carta de la sobriedad.
No hay cambios, ni siquiera un logo que distinga a esta versión más potente, como sí ocurre en el caso del Toyota Land Cruiser R-Edition. Y tampoco varía el interior, que sigue destacando por la buena habitabilidad de esta versión de tres puertas.
En cualquier caso, habrá que esperar a que llegue a España (después del verano) para conocer los detalles de la comercialización del vehículo, algo a lo que nosotros no estábamos dispuestos cuando supimos que ya se empezaba a distribuir en Francia. Así, junto con nuestros amigos de ToutTerrain, nos pusimos manos a la obra para ofreceros esta exclusiva primicia.
La diferencia se percibe en marcha
Una vez en marcha es cuando verdaderamente se nota que este Montero es distinto; de inmediato se aprecia que lo que realmente se ha buscado es mejorar las prestaciones en todos los apartados, pero sin descuidar una disminución del nivel sonoro.
Aunque sigue sin destacar por su baja rumorosidad, este DI-D es claramente más silencioso que los precedentes.
Al pisar el acelerador, queda patente una respuesta más rápida, lo que se agradece en carretera a la hora de realizar adelantamientos y, especialmente, en zonas trialeras, donde la alta cifra de par permite superar obstáculos con más lentitud y, al mismo tiempo, seguridad.
Por si esto fuera poco, las recuperaciones ganan en brillantez, pero sin ser bruscas, lo que se traduce en un mayor agrado de conducción. En las versiones con caja automática, se percibe además que la lógica electrónica del cambio ha evolucionado claramente.
El nuevo motor, más lleno a medio régimen, requiere además menos reducciones de marcha para mantener el ritmo deseado, lo que redunda en una mayor suavidad y una mejora real del consumo en el uso cotidiano.
Mejora en campo
Eso sí, en términos absolutos, la mejora no es flagrante.
Si se miran datos como velocidad punta o aceleración, las diferencia son mínimas. Sobre todo los 30 CV que se ganan en la versión automática no determinan un cambio radical de prestaciones con el cronómetro en la mano.
Pero es en el campo donde sí se aprecia un funcionamiento más redondo del motor. Durante los días que realizamos la prueba, en un circuito acotado en los alrededores de París, la tierra estaba húmeda, y nada más dar dos o tres pasadas por el mismo tramo se convertía en barro muy escurridizo.
En estas circunstancias subía por pendientes de dificultad media-alta con pasmosa facilidad sin forzar el motor, simplemente recurriendo a su poderío en baja. Con frecuencia eran los neumáticos los que no podían hacer frente a las dificultades, lo que indica que, con un buen calzado, este Mitsubishi puede ser imparable.
Esos mismos neumáticos, al igual que el conjunto del vehículo, mostraban muy buen rendimiento en caminos abiertos con tierra suelta húmeda y no pocos charcos.
El control de tracción (que nunca llega a desconectarse) puede suponer una ayuda en algunas circunstancias (un camino con barro o nieve) y un inconveniente en otras (una rampa embarrada en la que necesitemos inercia).
Por su parte, el ESP actúa bastante tarde, intentando contentar tanto a quienes quieren dominar la máquima por sí mismos como a quienes desean evitar cualquier sorpresa; un compromiso imposible. Afortunadamente, los bloqueos manuales de los diferenciales central y trasero sí constituyen una ayuda incuestionable.
Por dentro y por fuera
El salpicadero fue renovado coincidiendo con el último rediseño del Montero. Desde entonces es más vistoso y funcional, y puede disponer de interesantes equipos multimedia.
La postura de conducción elevada, el bloqueo mecánico del diferencial y el mando de la caja tránsfer nos recuerdan que estamos a bordo de un TT puro.
Cómo va
Mitsubishi se ha rendido a la tentación de extraer más caballos de su tetracilíndrico de 3,2 litros. Con 200 CV y 442 Nm, esta mecánica se sitúa entre las más potentes del mercado turbodiésel.Mitsubishi ha conseguido mejorar el rendimiento del motor reduciendo a la vez las emisiones
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La opinión TT
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Ficha técnica y gama
Fíjate en: El chasis autoportante es una gran idea de cara a la seguridad pasiva, pero se paga caro en la báscula. Pese a ello, la aceleración se acerca a la barrera de los 10 segundos en el paso de cero a 100 km/h, como corresponde a un vehículo que casi baja de los 10 kg/CV. |
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Mitsubishi Montero DI-D 200 CV Corto Equipamiento, Seguridad y Funcional Aire acondicionado Sí Barras en techo Sí Asientos del. calefactados Sí Bloqueo diferencial trasero Opción Asientos cuero/eléctricos Sí/sí Cambio automático Opción Climatizador Sí Control de descenso Sí Cristales tintados Opción Control presión de neum. Sí Navegador Opción Control veloc. de crucero Sí Pintura metalizada Opción Encendido automát. luces Sí Retrovisores eléctricos Sí Faros de xenón Opción Radio CD/MP3 Sí/sí Ordenador de a bordo Sí Techo solar Opción Protección de bajos Sí Volante y pomo de cuero Sí Rueda repuesto completa Sí Volante multifunción Sí Suspensión regulable No ABS/ESP Sí/sí Toma de corriente 12V No Airbags frontales/laterales Sí/sí Antinieblas delanteros Sí Airbags de cortina Sí Control de tracción Sí Anclajes Isofix Sí Reposacabezas activos No
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