En 2016, la Dirección General de Tráfico (DGT) creó las etiquetas medioambientales, un sistema que clasifica a los vehículos según su grado de contaminación. Desde entonces, España cuenta con un total de 16 millones de automóviles organizados como Cero, Eco, C y B en función de la normativa Euro de emisiones máximas existente en el momento de su fabricación.
En un mundo que avanza rápidamente hacia una conciencia ambiental mayor, es alarmante observar cómo algunos sistemas diseñados para fomentar la sostenibilidad pueden, paradójicamente, estar perpetuando la contaminación. El sistema de etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) en España es uno de estos casos, según asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Esta clasificación, que determina las restricciones de circulación y acceso a áreas urbanas, y en palabras de la OCU, se basa en criterios que no reflejan la verdadera contribución de cada vehículo a la contaminación atmosférica. Por esta razón, dicha organización solicita una revisión exhaustiva y justa que considere las emisiones reales de los vehículos, en lugar de centrarse exclusivamente en el tipo de motor.
Las etiquetas DGT: ¿una herramienta desactualizada?
El sistema de etiquetado actual de la DGT asigna etiquetas según el tipo de motor y la antigüedad del vehículo. Los vehículos híbridos enchufables, por ejemplo, reciben una etiqueta de «Cero Emisiones», otorgándoles privilegios como el libre acceso a Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Sin embargo, se ha demostrado, según informa la organización, que el consumo real de muchos de estos vehículos es significativamente mayor al homologado, y que sus emisiones pueden ser superiores a las esperadas, especialmente cuando se agota la batería y el motor de combustión interna entra en funcionamiento.
Desde la OCU insisten en la necesidad de que el etiquetado se base en la contaminación real de los vehículos y no simplemente en el tipo de motor.
Los vehículos que reciben etiquetas «Cero Emisiones» y «Eco» son generalmente más caros, lo que favorece a los consumidores con mayor poder adquisitivo. Esto deja a los propietarios de vehículos más asequibles, pero igualmente menos contaminantes, sin las ventajas que estos distintivos conceden.
Por otro lado, el sistema de etiquetas valora la tecnología del motor (eléctrico, híbrido, etc.) sin considerar las emisiones específicas de cada modelo ni su uso en la vida real. Esto resulta en situaciones donde vehículos de gasolina con motores modernos y eficientes pueden contaminar menos que híbridos enchufables de alta potencia, como es el caso del Porsche Cayenne, cuando operan solo con el motor de combustión.
Solicitud de actualización del etiquetado actual
Según la OCU, es imperativo que el etiquetado ambiental se actualice para reflejar las verdaderas emisiones de los vehículos. Por esta razón, desde la organización proponen estos cambios con respecto a las etiquetas:
Mediciones reales de emisiones: implementar un sistema de etiquetado basado en las emisiones reales medidas en condiciones de uso cotidiano, en lugar de las cifras obtenidas en pruebas de laboratorio controladas.
Reevaluación de vehículos híbridos: reexaminar las clasificaciones de los vehículos híbridos enchufables y no enchufables, tomando en cuenta su rendimiento real y su impacto ambiental en distintas condiciones de manejo.
Además, a pesar de que los vehículos eléctricos están experimentando una disminución en sus precios y ofrecen un menor coste de mantenimiento, su precio inicial sigue siendo significativamente más alto que el de los híbridos y los vehículos de gasolina. Desde la OCU consideran crucial que se implementen más ayudas a la compra de vehículos eléctricos para acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible.
El reciente anuncio del plan de ayuda MOVES por parte del Gobierno es un paso en la dirección correcta, pero se necesita asegurar que la cantidad de estas ayudas sea suficiente y se mantenga disponible durante un periodo prolongado. Además, deben diseñarse mecanismos para que estas ayudas lleguen a un mayor número de consumidores y no se agoten rápidamente, como ya ha pasado con programas anteriores.
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