La nueva normativa obedece a la directiva 2006/126/CE, por lo que forma parte del proceso de armonización de los permisos de conducción en todos los países que está llevando a cabo la Unión Europea. Todos los estados de la UE tendrán las mismas normas de renovación del carné, de modo que el español que se mude a otro país europeo deberá cumplir con los mismos plazos de renovación que el extranjero que establezca su residencia en España: Conseguir un certificado psicofísico después de dos años viviendo en dicho país, renovarlo cada diez años con las correspondientes tasas y, a partir de los 65 años, renovarlo cada cinco.
Hasta ahora, las normas de algunos países de la UE -como Alemania, Austria, Bélgica o Francia– no contemplaban la obligación de renovar el permiso. Cuando sus ciudadanos se afincaban en España, sus permisos seguían rigiéndose por la normativa de su país de procedencia, con lo que un alemán que viva en España no tenía que renovar periódicamente su carné. Tienen la opción de canjearlo por un carnet expedido en nuestro país, pero sólo voluntariamente. Según datos de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) cada año se canjean en España unos 400.000 permisos comunitarios.
Ya en el año 2009, el Real Decreto por el que se aprobó el último reglamento de circulación estableció que los extranjeros que, por las normas de sus países, disfrutaran de un permiso de duración ilimitada, tendrían que conseguir el certificado de un test psicotécnico pasados dos años desde su llegada a España. Si optan por el canje comentado, quedaban exentos de superar las pruebas.
En la actualidad, la renovación del permiso de conducir sale por entre 30 y 50 euros, dependiendo de los precios del centro al que acudamos. A dicho precio hay que añadir el pago de una tasa de 22 euros a Tráfico y 8 euros en concepto de tramitaciones.
