Evolución periodística

En España, los diarios todavía no se han divorciado del papel, pero compiten en un cuerpo a cuerpo con Internet a la espera del definitivo salto final, aún distante, dependiente de la popularización del iPad o similares (las tabletas) en nuestro país para pensar en la posibilidad de abandonar el papel. Nunca puede decirse de […]


En España, los diarios todavía no se han divorciado del papel, pero compiten en un cuerpo a cuerpo con Internet a la espera del definitivo salto final, aún distante, dependiente de la popularización del iPad o similares (las tabletas) en nuestro país para pensar en la posibilidad de abandonar el papel.

Nunca puede decirse de este agua no beberé, pero la adopción de los nuevos sistemas digitales como medio exclusivo de difusión, la veo apropiada para diarios y semanarios, vencido el papel por las ventajas de la inmediatez como sublimación de la urgencia informativa a través de las pantallas personales.

La solución mixta, de papel más iPad, podría quedar circunscrita a las revistas mensuales y los anuarios, porque aunque muchos lectores consideren suficiente la tableta digital, me atrevo a pronosticar la persistencia placentera de un libro en las manos, vieja imagen televisiva de mi profesor don Luis de Sosa. Una buena revista mensual equivale a un libro, siempre coleccionable y vivo recuerdo en nuestra biblioteca.

En mi largo periplo laboral, dentro del mundo informativo-editorial, he debido acoplarme a continuas innovaciones técnicas de escritura, composición de textos, chivaletes, linotipia, monotipia, OCR (hoy HTML), renovados medios de transmisión de escritos e imágenes, diversos sistemas de impresión con sucesivas mejoras, y, en estos momentos, la informatización por diversos caminos cada vez más sorprendentes. Pero siempre estaba presente el papel en nuestros planes.

Sin embargo, el anuncio de un problema nos llevó, allá por los años setenta del pasado siglo, a editar por primera vez en la Historia, una revista Sin Papel.  Se propagó el posible desabastecimiento de esta materia prima y hubo dos respuestas sorpresa. Una de ellas del diario ‘Informaciones’ con una edición en plástico como soporte, y el semanario ‘Autopista’, de nuestra creación y propiedad: Hicimos una edición, paralela a la impresa, fotografiando página a página y distribuyéndolas en kioscos como colección de diapositivas para proyectar sobre la pared. Original y sin precedentes.

Después de veinte años de independencia, nos asociamos con un grupo alemán en feliz convivencia hasta el relevo de sus mandos a fines del siglo pasado. Hoy celebran el 50 aniversario de ‘Autopista’ republicando resúmenes de nuestro trabajo, lo cual es un honor muy de agradecer.

Cito como simple curiosidad nuestra prensa sin papel porque no tengo constancia de la existencia de ninguna otra publicación periódica de entonces con similar solución informativa. Sin querer, por solución de emergencia, nos anticipamos al actual Internet y al sistema , hoy utilizado por todas las revistas del grupo Luike como una versión para lectores sin acceso a nuestras ediciones impresas por ser de países donde no distribuimos las ediciones.
Curiosamente, otra escasez, la de periodistas fiables en temas del Motor, nos movió a realizar otra primicia: La creación de Masters, en colaboración con la Universidad Complutense, para formar a jóvenes dispuestos a integrarse en nuestras redacciones o en las de otros medios especializados. Hicimos dos cursos con evidente éxito y utilidad.

En la actualidad, nuestro fondo editorial aporta al sector del Motor particularidades informativas inexistentes en otras publicaciones: Los vídeos y fotos complementarias ofrecidas al lector a través del (sellos de agua derivados de los billetes de dólares), y la precisión de datos complementarios sobre precios, descuentos, particularidades y conexión con el vendedor adecuado del coche elegido por el lector. Todo ello visionado por el teléfono móvil.
Y en estos momentos de revolución informática no podían faltar nuestros complementos por Internet a través de  autofacil.es, ,  y  Como se ve, somos fieles a la anticipación técnica. Nuestras ediciones y ventajas digitales en combinación con el papel nos diferencian positivamente, sin necesidad de seguir, por ahora, los pasos de Rupert Murdoch, pero introducidos de lleno en la nueva era informativa.

Me será muy útil recibir opinión de lectores sobre los temas tratados. Por favor, escribir a mi correo electrónico [email protected].

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