
Su exterior no deja lugar a dudas de que es un Bentley: Posee las mismas líneas cuadradas, la misma parrilla rectangular y los mismos faros redondos que los demás modelos de la firma, pero con un característico corte de coupé en su trasera. Sobresalen las llantas de aleación de… ¡23 pulgadas!
La configuración interior es de cinco plazas, pero en la central trasera sólo hay espacio para que viaje un niño. Bentley promete la máxima modularidad, pudiendo regular los asientos traseros para disfrutar de más confort de marcha o de más espacio de carga, según se necesite. Por supuesto, además de abundar en su interior el cuero y las inserciones en madera, bronce y aluminio, el EXP 9F está repleto de detalles de equipamiento: Desde el botellero hasta el gran techo panorámico, pasando por la mesa de pícnic que obtenemos si abrimos la parte inferior del maletero, por debajo del portón, y los dos pequeños armarios en los que podemos llevar la comida o las bebidas de turno. El salpicadero llama la atención por su diseño clásico en medio de un interior de aspecto moderno, y del cuadro de instrumentos no podemos opinar, ya que Bentley lo haría totalmente personalizable en función del cliente.
El motor que impulsa al EXP 9 F es el 6.0 W12 del Grupo Volkswagen, que ofrece 600 CV de potencia y 800 Nm de par, unido a una caja de cambios automática de 8 velocidades. Bentley baraja ofrecerlo con el 4.0 V8 Biturbo que monta el Continental, e incluso podría aparecer una versión híbrida. No se han facilitado datos de prestaciones, pero Bentley aspira a lograr cifras récord de velocidad máxima y aceleración en el segmento.
Según Bentley, el modelo que salga de este prototipo tendría un precio por encima de los 200.000 dólares (150.000 euros). En él la marca tiene puestas todas las esperanzas de superar su récord de ventas de 2007 (más de 10.000 unidades). En los próximos meses se esperan los todo camino de Lamborghini y Maserati.
Galería de imágenes