Han pasado seis años y medio desde aquel 24 de agosto de 2008. Néstor disputaba la segunda manga del Gran Premio de Austria de supermotard, cuando sufrió una caída que le hizo atravesar las protecciones y le llevó al otro lado de la pista, donde fue arrollado por otro piloto que no pudo esquivarle.
Allí acabó la lucha sobre la moto del mejor piloto español de supermotard que hayamos tenido nunca, y empezó otra por la vida que ha tenido como protagonistas al propio Néstor y a su familia que, con más trabajo y pasión que recursos, desde el primer momento se dejaron el alma para ayudarle a superar las graves secuelas físicas y psíquicas que le dejó el accidente, y de las que nunca llegó a recuperarse.
El 20 de enero, una infección pulmonar agravaba su delicado estado de salud y le llevaba a decirnos adiós para siempre, pero nos queda para la eternidad el recuerdo de sus derrapadas interminables, su extraordinaria velocidad, su simpatía y un palmarés que incluye la victoria en el Gran Premio de Grecia 2007, sus varios campeonatos nacionales y grandes resultados en el italiano, además de dos terceros puestos en la general del Europeo y un quinto en el Mundial.
En definitiva, un curriculum espectacular e inédito para ningún otro piloto español. Y eso, en un país en el que sobre la moto lo somos todo, es mucho decir. Descansa en paz, Néstor.