En autofácil observamos con interés la reacción de los lectores ante nuestras ideas y secciones, inhabituales en otros medios informativos. Una curiosa muestra es la respuesta conseguida por la fe de erratas «En busca del Sherlock Holmes del Motor», encomendada al descubrimiento exclusivo de los lectores. Desde su inicio se convirtió en un curioso entretenimiento para los muy conocedores del mundo del motor con facultades de conocimiento y observación, a veces sorprendentes. Muchos de nuestros fieles clientes dan la impresión de no dejar de leer una sola línea y repasan todo a fondo. Les suponemos lectores casi exclusivos de su propio ejemplar de autofácil durante todo el mes. En los controles de audiencia de alguna otra publicación se registra cómo cada ejemplar pasa por treinta lectores con sólo un día al mes para asimilar su contenido. No valdrían para corregir a fondo las erratas.
Desde mis inicios profesionales en un periódico diario admiré la función de los correctores de los textos informativos presentados en galeradas de prueba a una pareja de profesionales, aislados en un pequeño cuarto frente a una mesita, uno como lector y otro como atendedor. Entre los dos enmendaban los errores de las mismas con carácter previo al proceso de imposición de páginas, grabado de los cartones húmedos en la prensa y posterior fundido de las páginas en tejas de metal ajustables a los rodillos de la impresora.
Hoy están simplificados los procesos en los distintos tipos de imprenta y no existe el fallo de composición, escritos los textos por los mismos redactores en su ordenador. Sin embargo, parece inevitable la aparición de algún concepto equivocado. La sabia colaboración de los lectores «Sherlock Holmes» nos permite la corrección en el número del mes siguiente.
Sencillamente esta es una prueba más de la capacidad imaginativa de nuestros equipos periodísticos, permanentes marcadores de las pautas a seguir en los estilos informativos de hoy, tanto en papel como en medios digitales.
Otra buena idea de nuestros equipos es la oferta gratuita, desde la portada, al peatón o a cualquier persona con acceso a un ejemplar de autofácil, para leer el código QR insertado junto a la cabecera para disponer de vídeos informativos y, sobre todo a la sección Motorguía con precios de todos los coches, dos tipos de descuento, equipamiento y el coste de opciones para mejorarlos. Es la tabla más completa del mercado y autofácil la ofrece como atención a los no compradores porque la práctica nos ha demostrado cómo inmediatamente se convierten en habituales clientes de la revista. Era una suposición, pero se ha convertido en realidad.
Si, además, la oferta de páginas es la más generosa del mercado, el feliz resultado es el incremento del liderazgo de ventas de esta revista, mantenido durante una década.
Ya en mi editorial del mes pasado me referí a la necesidad de imaginación en las empresas para captar clientes en este despertar de los nuevos tiempos. Es imprescindible abrir un futuro positivo después de la crisis económica. Naturalmente las sorpresas surgen por donde menos se espera. Repasa con atención el contenido de autofácil y verás cómo el sector del automóvil es una revolución permanente de nuevas ideas, convenios entre marcas, originalidad y soluciones. En el mundo del motor hemos de ser así.