En todos ellos, y a lo largo de los últimos diez años, hemos ido descubriendo nuevas soluciones tecnológicas que buscan ofrecer más seguridad y confort al usuario -conductor o acompañante-; además de una considerable aportación a la protección del medio ambiente con la reducción de emisiones: la llegada de los híbridos, eléctricos o la aplicación de la exigente normativa de la Unión Europea.
En prácticamente todos los coches que hoy se venden hay un elemento común de evolución constante: las ayudas para mejorarnos como conductores. Todo empezó con un sensor instalado en los parachoques para evitar así el ´aparcamiento de oídas´ (lee nuestro artículo ´Trucos para aparcar´ de la página 26, seguro que te ayuda), le siguieron las cámaras de visión trasera y, desde ahí, mil nuevos inventos hasta llegar a los coches autónomos que veremos en un futuro.
Y aunque ese futuro no será tan lejano, en la actualidad ya hay muchos coches que casi conducen solos; si tienes fe en la tecnología esta te va a sacar de algún apuro. A todos nos ha pasado que se nos han cerrado los ojos al volante y hemos perdido la línea, o que alguien delante de nosotros ha decidido frenar otra vez cuando nos incorporamos a una vía y nos hemos ´tocado´ o casi. El antiguo ´acelerador automático´ era un peligro, el control de velocidad adaptativo una buena solución? pero ¿te fías de verdad de estas ayudas?