Suscripción por uso y el Econcesionario

Juan Hernandez-Luike
Juan Hernandez-Luike
Todo comenzó con la música descargada gratis de Internet y las películas en vídeo piratas; era más fácil que lo legal. ¿Y cómo se consiguió vencer esa tendencia?

 Pues aplicando la fórmula de la facilidad de acceso con más calidad y algoritmos, que ayudan a elegir la mejor música de Spotify o ver las pelis de Netflix. También nos suscribimos a las plataformas de videojuegos y, continuamente, lo hacemos a redes sociales y servicios de comida a domicilio. Y la suscripción, por supuesto, ha llegado al automóvil; para 2025 se espera que en España unos 100.000 coches se estén usando por este formato. 

Los concesionarios lo saben y trabajan a toda velocidad, o deberían, para adaptarse a los cambios de costumbres. En el Reino Unido se ha puesto en marcha un proyecto de suscripción para el servicio de mantenimiento de los coches: pagas una pequeña cantidad cada mes y te olvidas de soltar una pasta cada vez que te toca; e incluyen las ruedas en la suscripción y pueden pasar hasta la ITV. 

En España, gracias a la iniciativa de FACONAUTO, la patronal de los concesionarios de automóviles y maquinaria agrícola, se está trabajando en lo que han denominado el Econcesionario, el concesionario del futuro. Para ello, han presentado un proyecto que pueda acceder a los fondos Next Generation de la Unión Europea para la transformación en principio de 400 concesionarios. Las ventas ya no son como lo eran antes, y el concesionario debe estar preparado para nuevos retos. En un momento de máxima sensibilización social con el medio ambiente, la empatía de los comerciales y sus empresas con los clientes en este aspecto es crucial. Por ejemplo, poco a poco el ‘veganismo’ llegará con más peso a los coches y, además de eléctricos, los usuarios pedirán que no incluyan el cuero o derivados animales en sus vehículos.

En cuanto a la digitalización para mejorar los procesos y velocidad de atención, no se puede olvidar que la experiencia personal de prueba vuelve a ser imprescindible. Todos necesitamos un contacto físico y es necesario encontrar la forma de acceder a ello, de ponérselo fácil al cliente, llevando el coche a casa, permitiendo devolverlo o cambiarlo si lo necesita o las circunstancias personales han cambiado por aumento o reducción de la familia, por ejemplo.

La nueva velocidad urbana en tramos de 20, 30 ó 50 km/h modifica las necesidades de propiedad sobre todo en grandes ciudades. La necesidad de adaptarnos a la electrificación del parque español de automóviles y vehículos de transporte condiciona la elección de los próximos vehículos. Y la necesaria convivencia de motores térmicos y eléctricos complica cada vez más la experiencia de compra o adquisición del derecho de uso de un vehículo.

El Econcesionario no es para atender el futuro, ya es una realidad, inimaginable hace cinco años.

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