Ford Fiesta 1.4

en un centro de vehículos de ocasión llamado Canarias Motor II. Pasadas tres semanas de la compra, al vehículo se le encendió una luz ámbar en la instrumentación que indicaba fallo en la gestión electrónica del motor. Lo llevé a Canarias Motor y, después de realizarle una diagnosis, me dijeron que era un fallo de […]



en un centro de vehículos de ocasión llamado Canarias Motor II. Pasadas tres semanas de la compra, al vehículo se le encendió una luz ámbar en la instrumentación que indicaba fallo en la gestión electrónica del motor. Lo llevé a Canarias Motor y, después de realizarle una diagnosis, me dijeron que era un fallo de la mezcla de aire y combustible, un problema algo habitual y nada importante. Sin embargo, una semana más tarde volvió a suceder lo mismo; esta vez me comentaron que el problema se encontraba en la palometa de la entrada de la gasolina. Dos días después, otra vez lo mismo… y así hasta cinco veces más. En la última de ellas lo llevaron al taller oficial Lenflor, donde le cambiaron las bujías -al parecer estaban -mojadas–, las toberas y le realizaron una profunda puesta a punto. Todo parecía solucionado hasta que, de nuevo, la -dichosa- lucecita en el panel de instrumentos hizo acto de presencia. Llevé el vehículo otra vez al servicio oficial, donde me informaron de que la avería podría provenir de una fuga de aceite en la tapa de balancines, aunque no me lo podían asegurar. Ya estoy cansado de ir de taller en taller y de perder días de trabajo sin que me den una solución. Además, temo que al final se trate de una incidencia grave que se manifieste una vez finalizada la garantía del coche. ¿Qué puedo hacer?

● Qué dice la marca

Según el gabinete de Prensa de Ford, todo ha quedado solucionado sin cargo para el cliente: el testigo se iluminaba porque los gases de escape no fluían correctamente -debido a un fallo en el catalizador- y las bujías estaban oxidadas. En un principio, el establecimiento de compraventa -Canarias Motor II- se negó a asumir la sustitución del catalizador, algo que aceptó posteriormente. Ahora, el Fiesta se encuentra en perfecto estado de funcionamiento.

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