Por fuera, el nuevo ST se diferencia del resto de la gama Focus por un kit de carrocería que luce paragolpes y taloneras exclusivos, así como unas llantas de 18″, un alerón posterior y una agresiva salida de escape central. Además, está disponible en seis colores diferentes de los cuales dos son exclusivos: el amarillo de esta foto superior y un nuevo azul. En el interior, encontramos un habitáculo idéntico al de los Focus convencionales, pero debidamente adaptado a las exigencias del coche con unos asientos Recaro que sujetan el cuerpo de una manera excelente -y que en el acabado ST Plus son de cuero negro- y con un salpicadero que luce tres indicadores adicionales en su parte superior -ver foto inferior-: temperatura del aceite, presión del turbo y presión del aceite. Además, cuenta con pedales deportivos, un pomo del cambio específico, un panel de instrumentos diferente… y el Sound Symposer, una caja de resonancia que conecta el habitáculo con el vano motor para escuchar desde el habitáculo el atractivo ruido de admisión del propulsor. En cuanto a la decoración interior, los asientos Recaro pueden ser, sin sobrecoste, parcialmente rojos, azules, amarillos o grises.
De serie, el Focus ST incluye climatizador bizona, seis airbags, sensor de luces y lluvia, asientos Recaro de tela y cuero, detector de presión de los neumáticos, alarma… y un ESP que, además de ser completamente desconectable, dispone de un modo deportivo en el que entra en acción más rápido. Tras probarlo a fondo, dicho nivel deportivo resulta poco intrusivo y es el más adecuado para practicar una conducción deportiva con un margen de seguridad. Además, el ESP cuenta con la ayuda del Torque Vectoring Control, un sistema que equilibra el par entre las dos ruedas delanteras, simulando la eficacia de un diferencial autoblocante -en realidad, lo que hace es frenar levemente la rueda interior de la curva-. Este efecto se nota bastante en el volante al acelerar con fuerza en 1ª o 2ª velocidad, a pesar de que la dirección cuenta con un sistema de compensación para que el Torque Vectoring Control no provoque ‘tirones’ en el volante. Hablando de la dirección, conviene resaltar que su radio de giro es variable según la velocidad del vehículo, algo positivo de cara a practicar una conducción deportiva.
El acabado ST Plus añade los asientos de cuero calefactables y los faros bixenón aunque, como ‘regalo de bienvenida’, los citados faros bixenón también son de serie en el acabado ST ‘normal’, mientras que el ST Plus se beneficia de un sistema de apertura sin llave, retrovisores exteriores plegables eléctricamente y sensor de párking trasero.
En marcha, el Focus ST se muestra bastante más rápido que su antecesor y mucho más eficiente, pues declara un consumo oficial de 7,2 l/100 km que, en la práctica, no suele superar los 9,5 l/100 km aunque de vez en cuando demos un ‘pisotón’. El nuevo propulsor entrega la potencia de forma bastante lineal, aunque es a partir de 3.700 rpm cuando el turbo catapulta al Focus de una forma más enérgica. El cambio está bien escalonado y tiene un tacto muy preciso. El Focus ST completa el 0 a 100 km/h en sólo 6,5 segundos y alcanza 248 km/h de velocidad máxima.
Respecto al chasis, la altura del coche se ha rebajado en 10 mm mediante unos muelles más cortos e incorpora unos amortiguadores más duros. Eso sí, la configuración de la suspensión en la parte trasera de la variante familiar es distinta a la de la versión de cinco puertas con el fin de adecuarla a la diferente repartición del peso.
En definitiva, el nuevo Focus ST se posiciona como un rápido y divertido compacto deportivo pero, sobre todo, con la virtud que otorga su enorme usabilidad, ya que a ritmo tranquilo resulta cómodo, silencioso e, incluso, ahorrador.
