Cuando el coche sólo tenía 20 días nos fuimos de viaje y, a la vuelta, el ordenador empezó a emitir un pitido y apareció en la instrumentación el siguiente mensaje: -Fallo en el ESP-. A continuación, la velocidad del vehículo descendió, de repente, de 110 a 80 km/h, y unos segundos más tarde se iluminó en el cuadro de mandos un testigo que indicaba fallo en la dirección asistida, que se puso muy dura… Entonces, el motor se paró y ya no pudimos volverlo a arrancar. La grúa lo llevó al taller donde lo compramos y, después de casi una semana, nos dijeron que le había entrado aire en el depósito del gasóil. Lo arreglaron pero, una semana más tarde, cuando me encontraba de vacaciones, me volvió a suceder. Esta vez le cambiaron la válvula EGR. Sin embargo, tres días después, de viaje por Sevilla, me dejó -tirada- de nuevo. Tuvieron que llevar mi Ford al servicio oficial de Madrid, porque en el taller donde lo llevé -Talleres Sanz- no tenían útiles para la reparación; de allí lo enviaron finalmente a Mundo Motor, en Getafe, donde me aseguraron, después de 20 días, que era un problema de la batería. Sin embargo, en Navidad la avería se volvió a repetir -curiosamente siempre sucede cuando el indicador de combustible marca entre un cuarto y la reserva-. ¿Qué puedo hacer? ¿Tengo que pagar yo todas las grúas que utilicé?
El gabinete de Prensa de Ford nos ha comentado que, después de las pruebas realizadas en este Focus C-Max, se realizó una reprogramación y tanto los fallos detectados en la batería, que se cambió, como en la bomba de inyección se subsanaron. Durante el tiempo que ha tenido su coche el taller, el cliente ha disfrutado de un vehículo de sustitución de forma totalmente gratuita -incluso durante más tiempo del estipulado- y tampoco ha tenido que abonar nada por los traslados de su automóvil.
