un Ford S-Max 2.0 TDci con el pack Titanium -incluye techo panorámico, control de velocidad, Bluetooth, llantas de aleación de 17″», freno de aparcamiento automático, control de presión de neumáticos y ESP-, que me supuso 1.550 euros más. Sin embargo, cuando me entregaron el coche me dí cuenta de que el pack no equipaba ni el ESP, ni el control de presión de neumáticos -el resto de los elementos sí-. Fui a la concesión a reclamar y desde allí llamaron a Ford, que envío un delegado para comunicarnos que no se podía reprogramar el ordenador de abordo para instalar estos elementos. Entonces, me puse en contacto con el servicio de atención al cliente, donde me dijeron que no podían compensarme económicamente, porque ellos en junio habían pasado una circular a sus concesionarios diciendo que el ESP y el control de neumáticos no estarían disponibles en las primeras unidades. Sin embargo, no sólo en la web de la marca se puede configurar esta versión del S-Max con el pack Titanium con esos elementos… sino que en la concesión me dicen que ellos no recibieron ninguna advertencia. Para colmo, han tardado más de un mes y medio en enviarme el manual de instrucciones del coche. En resumen, he comprado un coche nuevo de casi 33.000 euros, con extras que no vienen, que ni me los pueden poner y, además, no me reintegran lo que me cobraron por ellos. ¿Qué hago?
Ford nos ha comentado que todo se ha debido a un error de comunicación de la marca con el concesionario, que desconocía que las primeras unidades de este modelo no estarían equipadas con los mencionados elementos. Por supuesto, se le ha devuelto al cliente el dinero de este equipamiento no incluido en el pack -900 euros- y se le han pedido disculpas.