Para conseguirlo, ha sido clave que las agencias de calificación Fitch y Moody´s acaben de elevar la calficación crediticia de Ford Motor Company de bono basura a grado de inversión. Ésta era una condición -que dos de estas agencias mejoraran su nota- que se le había impuesto a Ford para volver a contar con la propiedad de las marcas empeñadas. En cambio, Moody´s ha decidido mantener la calificación de General Motors en -grado especulativo para inversores-, aunque Moody´s anuncia buenas perspectivas.
Gracias a ello, la compañía podrá recuperar los intangibles con los que, en diciembre de 2006, había avalado la captación de 18.500 millones de dólares (unos 14.680 millones de euros) mediante emisión de deuda y suscripción de líneas de financiación. Esos intangibles son los nombres de los modelos F-150 y Mustang… y el propio óvalo que conforma su logotipo. Con este préstamo, Ford evitó la bancarrota.
El presidente Bill Ford está muy satisfecho por la noticia: -El óvalo azul de Ford ha vuelto y pertenece a la familia de sus 166.000 empleados en todo el mundo. Hoy es un gran día y es el resultado de muchos años de duro trabajo por parte de todas las personas de Ford-. Por su parte, el consejero delegado de Ford, Allan Mulally, prometió a sus accionistas que la rentabilidad de la compañía seguiría creciendo.
