En esta entrada os hemos contado cómo es el Ford Focus ST, y aquí tenéis la galería de fotos del coche. Ahora, nos vamos a centrar en contaros cómo va.
Si empezamos por el motor, nos encontramos con un propulsor 2.3 turbo de cuatro cilindros con 280 CV a 5.500 rpm y 420 Nm de par entre 3.000 y 4.000 rpm. Es un motor de muy buena respuesta sobre todo a medio régimen, y llama la atención que un motor de este tipo se ‘acabe’ tan pronto, pues lo normal sería que entregase esos 280 CV a, por lo menos, 6.000 rpm. Este Focus ST sigue estirando hasta esa cifra sin problema, pero es cierto que se encuentra en su salsa mientras te muevas entre esas 3.000 y 5.500 rpm.
Una vez que te acostumbras a jugar con el cambio manual de seis marchas sin apurarlo en exceso, llevándolo en ocasiones en una marcha más de lo que lo harías en alguno de sus rivales, te das cuenta de que este Focus ST es tremendamente rápido (hace el 0100 en 5,7 segundos, que es una cifra respetable) y contundente. Además, suena bien. Es de esos sonidos broncos y deportivos que uno busca en un coche así, y se deja sentir con suficiente claridad en el interior. ¿Molesto? No. Más bien, creo que es necesario en un coche así.
¿Gasta mucho un Ford Focus ST? Bueno, si lo conduces a un ritmo normal (entendiendo que quien se compra un Focus ST no va por la vida como si tuviese un eléctrico sin autonomía…) lo normal es moverse en torno a unos 8,5-9 L/100 km. De ahí para arriba, y como pasa en cualquier coche, todo dependerá de lo rápido que quieras ir.
¿Y el comportamiento? Sin duda, es una de las razones para comprarse este coche. Tiene ese tacto duro y rebotón de otros ST que a mí, personalmente, no me termina de convencer porque resta comodidad y, de primeras, no da mucha confianza. Lo que pasa es que después, cuando te vas a esa carretera en la que pruebas todos los coches y que tiene un asfalto a veces roto, a veces rizado, a veces abombado, ves que la suspensión hace muy bien su trabajo. El coche no es tan rebotón y, de hecho, logra mantener las ruedas bastante pegadas al asfalto a la vez que conviene y recupera los movimientos de la carrocería con rapidez pero sin brusquedades.
Gran parte de la culpa de este buen resultado la tienen también los amortiguadores adaptativos del paquete Performance de esta unidad, que vale 1.295 euros y añade también Launch Control y un modo de conducción más deportivo denominado Circuito, además de otra iluminación interior y un indicador de cambio de marcha en el cuadro de mandos.
Una dirección rápida y directa, con la capacidad de informarte con nitidez de cuándo empiezas a acercarte al límite de adherencia del eje delantero, hace también mucho por el buen resultado de un chasis en el que lo mejor, sin duda, es la facilidad con la que puedes jugar con el eje trasero. Es de esos coches que se insinúan tanto como tú quieres que lo haga conforme vas ahuecando, y se recupera con rapidez en cuanto vuelves a acelerar.
Además, este Ford Focus ST incluye un diferencial autoblocante multidisco controlado electrónicamente de tarado suave, capaz de recuperar parte de la tracción cuando aceleras sin contemplaciones a la salida de las curvas lentas. Es bastante eficaz y, también, no hace que la conducción muy exigente, como suele ocurrir con otros autoblocantes mecánicos. Para un deportivo de calle, el resultado es muy bueno.
Llegamos así al único aspecto mejorable de este Focus: los frenos. Los discos de 330 mm delante y 302 mm detrás con pinzas flotantes se nos quedaron un poco justos durante nuestra prueba. No es que el coche frene poco, es que deberían resistir mejor la fatiga en un coche en el que se puede disfrutar tanto. Ahora bien, a grandes males, grandes remedios: Ford ofrece un paquete ST por 3.550 euros con pinzas Brembo fijas de cuatro pistones, neumáticos Pirelli PZero Corsa y diferentes detalles estéticos, como llantas específicas multirradio de 19 pulgadas en negro, otro alerón trasero y otro difusor…
Con todo, sólo nos queda hablar del precio. Este Ford Focus ST cuesta 38.844 euros, que es menos de lo que vale cualquiera de sus rivales directos. Sin duda, este Focus tiene todo lo que uno espera de un coche de este tipo y, aunque su precio ya no es el que era, sí se mantiene al menos por debajo de la barrera de los 40.000 euros.