A partir de ahora, los conductores franceses tendrán que respetar más que nunca la señalización de las diferentes vías por las circulen con sus vehículos. El Gobierno de Francia acaba de aprobar una nueva medida de tráfico en la que conductores civiles, sin cargo de autoridad de tráfico, actuarán como tal mediante la instalación de radares móviles en sus propios coches a cambio de un incentivo económico. De esta forma, los radares móviles ya no estarán solo en coches de policía, sino que también podrán llevarlos coches particulares camuflados previamente seleccionados por las autoridades.
En el inicio de esta nueva normativa, serán 26 los coches privados a los que las autoridades francesas confiarán estos radares móviles, pero el objetivo de esta nueva y discutida medida es poder alcanzar todo el país con un total de 400 vehículos camuflados. La idea es que estos vehículos equipados con radares circulen a pleno rendimiento en jornadas de hasta seis horas de patrulla, tanto de día como de noche.
En la actualidad, Francia cuenta con alrededor de 400 coches patrulla ‘secreta’ con sistemas de control de velocidad, pero esto no parece suficiente. De hecho, estos vehículos patrullan durante una media de una hora y 15 minutos al día, pero hay alto porcentaje de este tipo de vehículos que ni siquiera sale a la calle a patrullar por la falta de efectivos en la policía francesa.
La medida, que ha despertado un intenso debate por ser algo controvertida, busca, según el Gobierno de Macron, generar empleo y reducir la siniestralidad en las carreteras. Sin embargo, la opinión de los conductores galos es bien distinta y acusan al gobierno de querer llenar las arcas del estado a base de multas de tráfico. No obstante, cabe destacar que los conductores con radares en sus vehículos no serán pagados en función de la cantidad de sanciones que impongan.
Sea como fuera, lo que está claro es que la media tiene un gran beneficio para el estado, ya que tiene un alto porcentaje de rentabilidad y permite a las autoridades controlar, no solo la velocidad, sino también otro tipo de infracciones. Según algunos datos, Francia podría, gracias a esta medida, pasar de recaudar dos millones de euros en multas de velocidad al año a un total de ocho millones de euros.
Sin duda, si la aplicación de este nuevo sistema es efectiva, podría extenderse de forma rápida por toda Europa.