El sensor de lluvia para el parabrisas, es una medida de seguridad que ayuda a reducir las distracciones del conductor, haciendo que activar los limpiaparabrisas constantemente se vuelva innecesario. Esta función puede ayudar a prevenir accidentes. Tanto el sensor de lluvia como el sensor de luz basan su funcionamiento en los principios de refracción y reflexión de la luz.
El sensor de lluvia se compone de un diodo emisor –componente electrónico de dos terminales que permite la circulación de la corriente eléctrica a través de él en un solo sentido– y un diodo receptor, ambos instalados en el propio parabrisas.
Básicamente estos diodos emiten un haz de luz que atraviesa el parabrisas y que según los principios de refracción y reflexión, variarán su intensidad y su ángulo, si en su camino se encuentran con una gota de agua sobre el parabrisas. Además de los diodos emisores y receptores, en el mismo sensor de lluvia puede ir incorporado el sensor de luz con sensores de luz ambiental y de puntos lejanos que permiten entre otras cosas comprobar el nivel de iluminación exterior y encender las luces si es necesario. Este sistema conjunto de sensores también permite comprobar la concentración de gotas de agua que hay sobre el parabrisas, temporizar el funcionamiento del limpiaparabrisas y la velocidad a la que se mueve éste, haciendo que vaya más rápido cuanto mayor sea el número de gotas sobre el parabrisas.
El sensor de luces, se activa según las condiciones lumínicas del momento y va colocado en la base del parabrisas. El sistema interpreta la cantidad de luz que le llega, y si es suficiente o no como para circular con seguridad. Así, el coche encenderá las luces «cuando sea necesario», quedando establecido por cada fabricante unos reglajes distintos tanto para el sensor en sí, como para el tiempo de apagado de los faros una vez el coche no está en marcha.
En un coche equipado con sensor de luces, los faros se encenderán en lugares como garajes, túneles o zonas oscuras y siempre desde el atardecer hasta poco después del amanecer, sin que el conductor tenga que activar ningún botón, ni preocuparse por nada, pudiendo quitar la opción «auto» del alumbrado y utilizar las luces en modo manual, como el resto de automóviles que no llevan «faros inteligentes». Pero si tenemos un coche dotado de este tipo de sensor, lo ideal es llevarlo siempre activado por nuestra seguridad y por la de los demás usuarios de la vía. Tan peligroso es no ver correctamente, como no ser vistos.
Tales sistemas pueden venir incorporados en el vehículo como equipamiento de serie o puede ser opcional, y además se puede incorporar a posteriori en postventa, sin que suponga un desembolso demasiado elevado.