Galicia E-Weekends II, A Coruña: San Andrés creía en la sostenibilidad

El punto de recarga para nuestro coche de Ortigueria es casi el vértice de la ruta sostenible por esta tierra gallega. En pocos kilómetros vamos a sentir la delicadeza de las huertas gallegas en Cariño y la energía del mar que se rompe en los acantilados junto al faro de Ortegal. Mucho que ver en […]

El punto de recarga para nuestro coche de Ortigueria es casi el vértice de la ruta sostenible por esta tierra gallega. En pocos kilómetros vamos a sentir la delicadeza de las huertas gallegas en Cariño y la energía del mar que se rompe en los acantilados junto al faro de Ortegal. Mucho que ver en pocos kilómetros es una manera de ayudar al medio ambiente.

Cedeira es el punto de partida para esta ruta por las Rías Altas pensada para disfrutar de la naturaleza, alejarnos de zonas turísticas masificadas y, de paso, disfrutar del silencio de marcha en nuestro eléctrico mientras disfrutamos el paisaje y curveamos por las carreteras gallegas.

Este pueblo marinero del norte coruñés que bautiza la ría ofrece ese aspecto tradicional y medieval que esperamos de una villa gallega. Es, también, un punto de partida excelente para nuestra ruta y otras propuestas de senderismo y turismo cultural con claro sabor medieval.

Su casco histórico, bien conservado, tiene ese aire legendario, que las varias puertas de la muralla complementan con su finalidad defensiva. Naturalmente, hay un castillo y, naturalmente, hay una amplia selección de playas (como la de la Magdalena, u otras en la propia zona urbana) aunque quizá prefiramos alguna otra cala más alejada del mundanal ruido. Aquí la naturaleza es tan poderosa que marca los tiempos.

El Faro de Candieira, también en Cedeira y en la punta del mismo nombre, es una parada absolutamente obligada. A solo ocho kilómetros del pueblo y tras una pintoresca carretera de montaña encontramos este faro inaugurado a mediados del siglo pasado que advierte a los barcos de la cercanía de la costa. Las vistas al Atlántico son formidables y la vista de los acantilados, los más altos de Europa, deleita y encoge el corazón.

La DP-2204 nos lleva al diminuto San Andrés de Teixido, otro pueblo costero gallego considerado el centro de peregrinación más importante de Galicia después de Santiago. Como en vez de caminando hemos optado por un limpio y silencioso vehículo eléctrico, apenas alteraremos la paz de esta aldea de apenas unas decenas de habitantes en invierno. Como todo buen pueblito, tiene una iglesia ubicada en un promontorio y perfectamente conservada, y que por eso forma ya parte del privilegiado paisaje con vistas al océano. La Fuente de los tres caños nos permitirá pedir un deseo y vivir esa atmósfera de cuento que nos propone San Andrés. Un paseo por una de sus numerosas rutas, como la que lleva a Ortigueira, nos ofrecerá nuevas vistas de los grandes acantilados.

La DP-6121 nos lleva en unos minutos hasta Ortigueira, en La Coruña. Su casco histórico invita a un buen paseo, y si es la hora de comer, degustar el pescado y marisco fresco de la costa Ártabra. Una plaza bonita, un apetecible convento (el de Santa Marta) y un pintoresco conjunto de callecitas medievales con sorpresas como la escultura de La Campesina, que refuerza ese toque único y pintoresco de Ortigueira. Naturalmente que hay playas, adornadas por unas bonitas casas de colores muy saltones y formidables vistas como la de la playa de Morouzos, o la de la Concha.

La AC-862 nos lleva en muy poco tiempos a Espasante, parada previa a uno de los platos fuertes de la ruta, el cabo Estaca de Bares. En lo relativo a esta aldea marinera en las Rías Altas cuya vida aparece regida por la pesca y la vida en el puerto. Casas de piedra de aire misterioso y encantador, mucho silencio y tranquilidad y, por supuesto espectaculares vistas a la ría y los acantilados.

Hay tradiciones como las del Porco Antón, que todos los vecinos acuden y que con frecuencia camina libre por las calles del pueblo como recordatorio del porco original, criado para recaudar fondos para la capilla. La garita da Vela, que forma parte de un sistema de señalización para los barcos, nos ofrece un aperitivo de esa vida en el mar que domina todo en Espesante.

La AC-100 nos lleva a la Estaca de Bares, el punto más septentrional de la península y una de las imágenes más carismáticas de esta ruta por las Rías Altas. Estamos en un faro ubicado en un montículo que lleva en funcionamiento desde mediados del siglo XIX, cumpliendo un papel vital a la hora de orientar a los marineros que navegan por la costa. Aquí las nubes corren y un paisaje verde y azul que no da concesiones a un espectador seducido ante la fotogenia del lugar.

Nos adentramos en Lugo y en Vicedo, el final de esta ruta gallega repleta de rincones todavía desconocidos. Mucho más que playa, aunque estas brillan a gran altura con propuestas como Arealonga, Xilloi, Área Grande y Abrela. El puerto forma parte de la vida del municipio y supone el primer paseo de interés. Pero hay más patrimonio del que podríamos creer en este lugar apodado el Caribe gallego por sus arenas blancas y aguas cristalinas. Estamos en un diminuto pueblo que invita al descanso, a tomarse las cosas con otro ritmo y establecer un nuevo punto de operaciones para, quién sabe, diseñar nuestra siguiente ruta.

[sf_btn type=»newsletter» txt=»¿Quieres recibir nuestra newsletter? Haz clic aquí» url=»https://news.luike.com/registro-autofacil-luike-news»]

Scroll al inicio