Mediante este tipo de pruebas se garantiza que los sistemas de seguridad activos y pasivos del coche hagan su trabajo correctamente y dentro de estos elementos nos encontramos las sillitas de coche para niños.
Para comprobar la seguridad de los niños, estos disponen de crash test específicos y además se incluyen en las pruebas de choque -con un maniquí- de los coches para entender que ocurre con ellos en caso de colisión. Se pretende con ello comprobar el grado de dificultad de instalar una silla infantil y asegurar al niño, además de comprobar la dinámica de la silla en una colisión y verificar que no existan sustancias peligrosas para la salud de los niños.
Existen pruebas de choque propias, de los fabricantes o de organismos independientes, como EuroNCAP. Estas consisten en:
- Prueba de colisión frontal: Es una prueba de choque frontal a 65 km/h y una prueba de alcance trasero a 30 km/h.
- Prueba de colisión lateral: Se comprueba el nivel de protección de la cabeza y cuello simulando un impacto lateral a 25 km/h en la zona donde está instalada la sillita.
- En cuanto a los criterios o facilidad de uso, se comprueba el correcto guiado del cinturón, la estabilidad de la sillita infantil sobre el asiento del vehículo una vez instalada y también es importante comprobar si la instalación de esta es cómoda.
- Finalmente, el análisis de sustancias peligrosas, es una prueba que se lleva a cabo desde el 2011 que trata de aclarar si entre los materiales de fabricación de las sillitas hay alguna sustancia peligrosa, tanto para la salud como para el medio ambiente.