A lo largo de 2022 hemos asistido preocupados al increíblemente creciente precio de los carburantes. Son varias las circunstancias que han propiciado eso, tanto internas como externas, pero la realidad es que, a día de hoy, llenar el depósito de un coche es en torno a un 30% más caro que hace un año.
Y todavía debemos sentirnos afortunados, pues todos comprobamos como, antes de verano, el precio del litro del combustible superaba la hasta hace poco impensable cifra de 2 euros por litro. Por suerte, los 20 céntimos de rebaja gubernamental y la previamente mencionada disminución paulatina del precio, hacen que hoy en día podamos repostar gasolina por un precio de en torno a 1,50 euros el litro y el gasóleo por en torno a 1,65 euros el litro.
Sigue siendo un precio elevado, no obstante. Por eso, ahora cobra más importancia el saber si merece la pena echar el combustible barato o el caro. Por un lado, comencemos por las gasolineras low cost. ¿Es de peor calidad este carburante que el que te suministran en las estaciones de servicio de las grandes petroleras?

La respuesta es que no. Toda la gasolina y el gasóleo que se suministra en España procede de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), por lo que en bruto es igual para cualquier gasolinera. Ahora bien, las grandes petroleras, como Repsol, BP, Cepsa, y un largo etcétera, cuentan con sofisticados laboratorios que trabajan en mejorar la eficiencia del combustible, tanto a nivel de rendimiento como de consumo y emisiones.
Es por eso por lo que echar gasolina en una gasolinera Repsol (por poner un ejemplo) es de media hasta un 10% más caro que en una gasolinera de bajo coste. El combustible es el mismo, pero el suministrado por Repsol cuenta con aditivos que lo mejoran en todos los aspectos.
¿Y en cuanto a elegir un tipo u otro de combustible? Bien, en el caso de los automóviles de gasolina, podemos elegir entre gasolina 95 o 98 (e, incluso, 100 en algunas gasolineras). La gasolina de 98 es en torno a 17 céntimos más cara por litro respecto a la de 95. ¿Y dónde está la diferencia? Básicamente, hablando en cristiano y sin entrar en conceptos muy técnicos como la relación de compresión o la autodetonación (picado de biela), se encuentra en el índice de octanaje.
El octanaje indica la resistencia a la detonación del combustible al ser comprimido. A mayor índice, mayor resistencia a la detonación, lo que se suele traducir en mayor rendimiento. En el caso del gasóleo, la diferencia principal entre el diésel estándar y el caro reside en la mayor cantidad de cetano y la menor cantidad de azufre que alberga el combustible caro. También provoca menor corrosión interna.

El caso es, ¿merece la pena el combustible caro? La realidad es que en circunstancias normales no, pero hay matices. La gasolina de 98 octanos está especialmente indicada para motores de alta compresión (de 10,5 u 11:1 para arriba), pues afecta a su rendimiento y conservación. Sin embargo, por lo general, en el 90% de motores de gasolina, la gasolina de 95 es la adecuada tal y como recomienda el fabricante, y no apreciarías beneficio alguno en echar la de 98. Es cierto que la de 98 puede conservar mejor el motor por su mayor octanaje y su mayor cantidad de aditivos, pero hablamos de algo tan a la larga que probablemente nunca podrías apreciar.
En el caso del gasóleo, el diésel caro es mejor para la bomba de combustible y para los inyectores, si bien de nuevo los beneficios de invertir más dinero en él tardarán tanto en aparecer que, probablemente, nunca llegues a notarlos. En términos generales, el gasóleo premium proporciona una combustión de mayor calidad que, en consecuencia, produce menos residuos.
Lo mejor que puedes hacer, sin ningún género de dudas, es echar el carburante que recomiende el fabricante. Si indica que debes echar 98, no eches 95 porque, si bien es difícil que produzcas una avería, sí reducirás su rendimiento y no favorecerás su buena conservación a la larga. Si no indica nada sobre repostar gasolina 98, hacerlo no va a repercutirte en nada más allá de un superior gasto económico, así que reposta 95. En el caso de los diésel, el gasóleo caro es mejor, pero la mayor inversión que requiere merece poco la pena, a no ser que hablemos de mecánicas de alta cilindrada y potencia, en cuyo caso la mejor conservación que aporta el combustible premium sí puede ser interesante, aunque muy a la larga.
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