Te das el golpe. Sacas el móvil y en él dibujas el croquis, grabas y escaneas los desperfectos del coche sobre una digitalización 3D del coche. Se envía a la aseguradora y en pocos minutos tendrás una aproximación a lo que costará reparar el coche.
En ese momento, el móvil te sugerirá los talleres que por proximidad, precios y disponibilidad pueden atenderte. Y en cuanto el coche entre en el taller, este tomará cartas en el asunto, subiendo a tu aplicación fotos del avance de la reparación, de forma que si surge algún problema estés informado cuanto antes.
Lógicamente, es una aplicación interesante. Está estudiada sobre todo de cara al futuro: no cabe duda de que muchos de nosotros estaremos encantados de descargarla y (esperemos que no) usarla si es necesario. Pero lo cierto es que se ha desarrollado con la vista puesta en la llamada «Generación Y«; los nacidos en los años 80, caracterizados por el uso continuo de smartphones, redes sociales y la tecnología en general.
Según el director de Estrategia de Audatex, Jaime Silvela, «esto se debe a que, en pocos años, los conductores que son nativos digitales serán responsables de más de la mitad de los siniestros de automóvil y, al contrario de lo que hacen ahora muchos de sus padres, no recurrirán a las llamadas telefónicas para dar parte del incidente y daños, ya que se comunican de una forma muy diferente, tuiteando, guasapeando? y combinándolo con mails, redes sociales y videollamadas».