No ha terminado bien el proyecto del Hiriko, un proyecto que si que empezaba con grandes parabienes, elogios y apoyos pero que visto desde la perspectiva actual, «olía raro» desde el principio.
Presentado en Bruselas, ante el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso en 2012, ahora nos cuenta el Pais que ni siquiera en aquella presentación el Hiriko arrancó: la humedad de Bruselas afectó a sus sistemas, puso a varios ingenieros a secarlo, tirando de secador de pelo durante varias horas, pero al final sólo pudo hacerse una presentación estática: no arrancaba.
El coche, según sus creadores, estaría en el mercado en 2014. Habría una versión normal y un roadster, del que te hablábamos en su día en Autofácil. Se aprovechaba de un diseño del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y contaba con todo el apoyo de los poderes públicos: mejores antecedentes, difícil. 14,7 millones de euros llegaron desde el gobierno de España y 2,7 más del de Euskadi. Ahora la fiscalía acusa a seis de los promotores de la idea de que todo era un montaje para apropiarse de ese dinero. Según la fiscalía esos fondos se utilizaron para pagar a otras empresas subcontratadas que pertenecían al mismo entramado pero que ni siquiera tenían trabajadores, alquiler del edificio de la empresa, propiedad de uno de los socios de Hiriko, a un precio muy superior al del mercado€etc.
Hiriko se hizo famoso: presentación en Bruselas, Discovery Channel, New York Times€pero no llegó a nada finalmente. José Luis Bengoechea es el único de los acusados por la fiscalía que ha hablado sobre este asunto: «Todo se aclarará muy pronto, en primera instancia, creo yo«. Además, asegura que este proyecto fracasó por culpa de la crisis: «Nos quedamos sin dinero; pero era un proyecto magnífico. ¡Ojalá hubiera ido como tenía que haber ido!». Sin embargo, los empleados de la empresa, que siguen intentando cobrar los 120.000€ que les deben, dicen que no era posible: los jefes no sabían nada de este negocio y querían hacer el desarrollo que las grandes marcas tardan dos años en hacer con grupos de más de 200 personas, en un sólo año, con 25 empleados.
En 2012 se hablaba de 20 prototipos antes de 2014, año en que se comenzaría la fabricación en serie de entre 24.000 y 60.000 coches al año, a un coste de 12.500€ cada uno, creando unos 6.000 puestos de trabajo. El coche llevaría ruedas robotizadas, dirección «by wire», control por joystick y muchos otros adelantos tecnológicos. Al final, un sólo prototipo entero y dos a medias, sin casi ninguno de aquellos adelantos prometidos, ya que eran caros de homologar y fabricar.
Algo huele mal al final en este proyecto.