En el exterior vemos algunos retoques, aunque no demasiado profundos. Los paragolpes son ligeramente distintos, al igual que la parrilla y los grupos ópticos, mientra que el conjunto presenta una imagen algo más aerodinámica para mejorar los consumos. Nada de esto nos coge de nuevas, ya que el híbrido presentado en septiembre ya participaba de este lavado de cara. También llegan dos colores para la carrocería, el Deep Saphire Blue -el azul de las fotos- y el Ionized Bronze y nuevos diseños para las llantas y los tapacubos.
Algo similar ocurre por dentro, donde apenas podemos destacar unos tonos más oscuros en el salpicadero que mejoran un poco la sensación de calidad. Esto se complementa con algunas molduras cromadas y una iluminación en tonos naranjas. Es todo un acierto mantener la versatilidad de sus asientos traseros, que pueden esconderse por completo para dejar un espacio de carga completamente plano. Con los asientos escondidos la capacidad del maletero es de 1.320 litros, aunque sin eliminar esta fila el tamaño tampoco es nada despreciable: 379 litros en las versiones con rueda de repuesto y 399 en las que tiene el kit reparapinchazos.
Los mismos motores
Tampoco cambian los motores, que siguen siendo los gasolina 1.2 de 90 CV y el 1.4 de 99 CV, ambos con caja de cambios manual de cinco velocidades. Al igual que ahora, el 1.4 puede equipar un cambio automático, pero no el antiguo i-SHIFT, sino un CVT de variador continuo con levas en el volante para el cambio manual. Este cambio penaliza la velocidad máxima: baja de 180 a 175 km/h, pero la aceleración de 0 a 100 km/h mejora de 13,9 a 12,6 segundos. El consumo se mantiene en los mismos 5,4 litros cada 100 km.
En cuanto al híbrido, utiliza el motor 1.3 VTEC y el sistema IMA de la marca. La potencia total es de 98 CV con un consumo de 4,4 litros.
