No hay confirmación oficial, pero sí un borrador

Bruselas, a punto de ceder ante Alemania y el combustible sintético: en 2035 no sólo se venderán eléctricos

Miguel Tineo
Miguel Tineo
La idea del Parlamento Europeo de prohibir la venta de coches nuevos diésel o gasolina a partir de 2035 empieza a tambalearse; un borrador abre las puertas a los combustibles sintéticos.  

Ser ecológico está muy bien. De hecho, es estupendo. Pero, como tantas cosas en esta vida, una cosa es lo que uno piense o desee y otra bien diferente lo que se pueda llevar a cabo. Algo parecido ocurre con el deseo del Parlamento Europeo de acabar con los motores diésel o gasolina de una vez por todas, apostando completamente por los vehículos eléctricos.

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Hay que reconocer que nosotros, que estamos todos los días probando este tipo de coches, alucinamos con el enorme esfuerzo que están realizando los fabricantes de coches y con los resultados que han conseguido en un periodo relativamente breve. Sin embargo, todos los problemas de infraestructuras que hay detrás (especialmente en España), el elevado coste de estos coches y los cientos de miles de puestos de trabajo que peligran por la desaparición de las fábricas y de las industrias auxiliares, parece que han empezado a arrojar un poco de realismo a la idílica situación.

Sin embargo, ha habido que esperar a que un personaje de peso como es Alemania haya puesto el grito en el cielo para empezar a recular. Alemania se opuso a la idea, y no tardaron en seguirle otros países de la Unión Europea como Italia, República Checa, Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría y Polonia. Y, ante tales presiones, y según la agencia Reuters, la Comisión Europea habría ya redactado un borrador en el que se habla de incluir entre los vehículos que se puedan comercializar a partir de 2035 a todos aquellos que empleen e-fuels o carburantes sintéticos, aquellos que son neutros en carbono.

Aunque el padre de la inyección directa de gasolina fue Mitsubishi con su sistema GDI de 1996, esta tecnología no comenzó a despegar en Europa hasta el año 2000, con la llegada de los motores FSI de Volkswagen. Aun así, sus resultados fueron tímidos hasta que se comenzó a combinar con un turbo, por ejemplo, en los motores TFSI. Actualmente, la gran mayoría de los motores de gasolina emplean inyección directa.

Los combustibles sintéticos, como puedes ver en esta entrada, son aquellos que no derivan del petróleo como la gasolina o el gasóleo que conocemos en la actualidad. Se producen a partir de precursores químicos elementales, como el hidrógeno y el dióxido de carbono. Y, dependiendo de cómo sea el proceso y cuál sea la fuente de energía, este tipo de carburantes se pueden considerar como neutros por sus emisiones de dióxido de carbono.

De momento, marcas como Porsche, que tiene una planta de producción de estos carburantes en Chile, están trabajando en esta alternativa. Audi también trabaja en Dresde, Alemania, con un gasóleo sintético denominado e-diesel. El problema es que, a día de hoy, su coste es muy elevado, pues es en torno a 10 veces más que el de la gasolina convencional. Y no, tampoco está del todo claro que lo pueda utilizar cualquier coche de gasolina actual sin mayores modificaciones. En cualquier caso, en los próximos 12 años es más que probable que este tipo de combustibles se desarrollen de forma importante, sobre todo si se encuentra en ellos una alternativa importante al vehículo eléctrico. Veremos cómo se siguen desarrollando los acontecimientos.