Para ilustrarlo nos valdremos de la información facilitada por el distribuidor Grupo Andrés Neumáticos sobre el modelo Nankang AS1. Pero antes, repasemos qué información queda reflejada en la etiqueta europea.
En la parte superior izquierda de la etiqueta se valora el neumático mediante una clasificación de la A a la G -la A será la máxima calificación de eficiencia-, idéntica a la que presentan otras etiquetas europeas, como las de electrodomésticos. Para determinar qué letra le corresponde al producto, se tienen en cuenta el consumo de combustible y las emisiones de CO2. En un neumático, estos valores dependen en gran parte de una baja resistencia a la rodadura, y esto se mide en máquinas de simulación. Se calcula que la diferencia entre montar un neumático de clasifiación A y uno G en un turismo es de 0,5 litros/100 km.
A la derecha de esta tabla encontraremos el rendimiento en frenada sobre mojado. Un reglamento europeo marca cómo deben hacerse las pruebas que midan el rendimiento del neumático en este terreno. En este caso, la clasificación abarca de la A a la F, y la diferencia entre uno y otro sería de 18 metros. El recuadro inferior se refiere al nivel de sonoridad que genera el neumático, señalando los decibelios exactos que ha marcado. A partir del 1 de noviembre, los fabricantes no podrán homologar neumáticos con clasificación G en eficiencia o F en frenada en mojado; a partir del 1 de noviembre de 2014, ni siquiera se podrán vender.
En cuanto a los Nankang AS1 -que se autoproclaman como las primeras cubiertas ecológicas homologadas en España-, su distribuidor, Grupo Andrés Neumáticos, asegura que permite ahorrar hasta 140 – en carburante cada 15.000 kilómetros. Todo cuenta para conseguir buenos resultados en los distintos apartados de la etiqueta europea: Desde los canales de evacuación del agua en la banda de rodadura, hasta los materiales utilizados para construir cada rueda, algo para lo que cada día se usa más sílice. En el siguiente gráfico nos explican las áreas en las que han trabajado: