Jaguar F-Type S Coupé: Motivador nato

El año pasado, Jaguar nos dejó a todos con la boca abierta con el diseño del F-Type Convertible. Era un producto especial, bien diferenciado de la competencia y con unas líneas muy personales que no dejaban indiferente a nadie. Con la llegada de esta versión Coupé –que, en el caso de la variante S, sale por 7.950 euros menos que la descapotable–, la marca del ´gatito´ se ha superado, sobre todo con un tres cuartos trasero que es más que probable le haga convertirse en un icono dentro de los vehículos deportivos.


Rotundo, ancho, poderoso y capaz de hacer girar las cabezas de cualquier que lo vea por la calle aunque no le gusten los coches. Ya sólo con eso, Jaguar hará felices a la mayoría de afortunados propietarios. No en vano, la marca ha hecho realidad, con algo de retraso, el prototipo C-X16 que tanto llamó la atención en el Salón Internacional de Frankfurt de 2011. Con una longitud de 4,47 m, este coupé de morro alargado y trasera recortada transmite la necesaria estética deportiva sin si quiera moverse… algo fundamental en un modelo que, ante todo, pretende transmitir sensaciones. Los pilotos traseros junto con el alerón retráctil lo hacen inconfundible.

El habitáculo cuenta con dos plazas compuestas por dos baquets forrados en piel que ofrecen un buen compromiso entre comodidad y sujeción. Los materiales empleados son, en general, de calidad, aunque se nota que se ha ‘ahorrado’ en zonas como la guantera o en el símil de fibra de carbono que recorre parte de la consola central. También nos resulta mejorable la pantalla táctil del navegador –parece que el sistema Connect&View que pudimos ver en el C-X16 y desarrollado en colaboración con los responsables de las Blackberry tardará en llegar– o el posicionamiento de los botones del volante –engorrosos de manejar en marcha–. Además, la pantalla central de la instrumentación necesita una pequeña actualización, con unas grafías algo anticuadas y que restan glamour a un cuadro de mandos, por lo demás, atractivo y bien resuelto.

La postura de conducción es bastante buena, ya que vas sentado muy abajo y los amplios reglajes permiten coger la posición con relativa facilidad. Puede resultar una pega para los conductores más bajitos el hecho de no ver donde acaba el morro, aunque sin duda esto es una apreciación más bien subjetiva. Esta carrocería coupé soluciona uno de los grandes problemas del descapotable, ya que cuenta con un maletero funcional gracias a sus 405 litros de capacidad y unas formas no tan complejas que permiten acomodar de forma sencilla el equipaje de los ocupantes.

En marcha

Toda la experiencia de este coche se concentra en un botón. Mejor dicho, en dos. El primero de ellos es el pulsador dorado que pone en marcha el motor. Si después de apretarlo, no se te ponen los pelos de punta, sin duda eres un tipo insensible y frío como el hielo. Para solucionarlo, puedes recurrir al segundo botón mágico: el que activa el escape variable. De esta forma, el sonido que llega al habitáculo al acelerar o reducir marchas resulta glorioso, y te incitará a pegar un acelerón y soltar de golpe el pedal derecho en todos los túneles sólo para deleitarte. Roza casi lo macarra, como si llevaras una máquina de palomitas gigante en la parte trasera, pero es adictivo y resulta complicado que te llegue a cansar a no ser que ruedes por autopista a un ritmo sostenido. El motor es un 3.0 V6 con compresor –con 380 CV a 6.500 rpm y 460 Nm de par a 3.500 rpm– asociado al cambio automático ZF de 8 relaciones que transmite su fuerza a unos generosos neumáticos traseros. Desde el primer momento, el aumento de rigidez respecto del cabrio se agradece, así como la reconfiguración de la respuesta de la dirección eléctrica y el leve endurecimiento de la suspensión.

El F-Type se percibe ágil, directo, preciso y con un fondo juguetón muy de agradecer ya que el coche, aunque se puede conducir confiando en el agarre del eje delantero, pide a gritos conducirlo aprovechando la agilidad del eje trasero y el buen funcionamiento del diferencial mecánico. El deslizamiento de atrás llega de forma relativamente progresiva, intuitiva, y casi cualquier persona sería capaz de ‘ponerlo de lado’ con absoluta confianza a poco que el coche quepa dentro del carril. Esto ocurre si lo llevas con el modo deportivo activado, ya que si las ayudas electrónicas están plenamente operativas, enseguida intervendrán reduciendo bastante la velocidad a la salida de las curvas. La gran cantidad de par desde muy bajas vueltas asegura una buena respuesta –acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 seg.– y los frenos responden con contundencia al aproximarse a las curvas más cerradas –con un tacto de pedal correcto–. El spoiler se eleva automáticamente a partir de 110 km/h proporcionando una fuerza descendente de 120 kilogramos y se oculta automáticamente cuando la velocidad cae por debajo de 80 km/h.

Puede que no ofrezca la eficacia de un Porsche 911 o un Audi R8, pero no creo que Jaguar lo pretendiera. Más bien se trata de un coupé divertido, pasional y del que su propietario se sentirá orgulloso cada vez que lo arranque en un mañana fría dentro de su garaje. Eso sí, tímidos abstenerse.

Precios de la gama:

Jaguar F-Type Coupé: 77.220 euros

Jaguar F-Type S Coupé: 90.320 euros

Jaguar F-Type R Coupé: 119.070 euros

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