Por muy gato que se sea, uno también necesita desconectar de la capital y escaparse a los ambientes rurales, y urbanos, que la rodean. Y como de artículos con los pueblos más bonitos de Madrid Internet está lleno, hoy desviamos el típico recorrido y encendemos el motor dirección a algunos pueblos que se salen, en su mayoría, de las listas, pero bien merecen la pena ser disfrutados. El nuevo Jeep Compass 4xe es una opción para llevar una doble vida sin caer en el despilfarro…. Disfrutar que aquí tenemos muchas ideas. 49 kms. de autonomía para un sistema muy versátil y polivalente. Su nivel de conducción asistida nos hace más fácil ir a la oficina.
Boadilla del Monte

Ni siquiera harán falta 20 minutos en coche desde la capital para tocar este suelo madrileño rodeado por el Monte de Boadilla y el río Guadarrama. Ya tenemos el primer reclamo para una escapada urbana. El segundo, diferentes yacimientos catalogados como Bienes de Interés Cultural como el Yacimiento romano de las épocas Alto Imperial y Tardorromana. El tercero, el Palacio neoclásico del siglo XVIII residencia del Infante Don Luis donde se alojaron Goya o Luigi Boccherini, o el Conjunto Histórico-Artístico del convento de la Encarnación. El cuarto, su variada oferta de rutas para el paladar: la de la tapa, el tenedor y el garbanzo, y la ruta del vermut y la croqueta, Entre sus mejores restaurantes destaca Casa Iván, regentado por el chef Iván Canalejo, en la avenida del Infante Don Luis. Tapas y platos españoles en un lugar elegante que suele recibir las mejores reseñas y recomendaciones de sus clientes.
Brunete

‘Cierto paño basto de color negro’. Esa es la definición que ofrece La Real Academia Española al buscar este nombre, escenario de una de las más importantes y sangrientas batallas de la Guerra Civil en la Sierra de Guadarrama. Contra bombardeos e incendios, Brunete resurgió durante la segunda mitad del siglo XX y con ella su monumental herreriana y neoclásica plaza Mayor. Además, Los Jardinillos y el monumento ‘Raíces’, la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de la Asunción o la Ermita de San Sebastián son obras que bien merecen la pena. Su gastronomía basada en los asados y los platos de cuchara con el garbanzo madrileño como protagonista es una llamada a los amantes del buen comer. Por alguna razón Brunete inauguró su ruta de la cuchara…
Quijorna

La Cuenca del Guadarrama acuna este pequeño pueblo al oeste de la Comunidad, protegido, en gran parte de su territorio, por la ZEPA – Zona de Especial Protección para las aves –. Superviviente de la Guerra Civil Española, Quijorna es ahora un lugar tranquilo y afable. Aquí los quijorneros dedican sus días al sector servicios, además de a la agricultura de cereales y hortalizas. Si uno se decide a pisar sus tierras notará cómo la sonrisa se dibuja en sus caras, pues saben que sus preciosas rutas, viva naturaleza y deliciosa gastronomía dejarán al forastero un buenísimo sabor de boca. En su reseñado restaurante El Águila, el cocido, rey de la carta, la sopa y los postres caseros aguardan al comensal (dirección: C. Real, 50, 918 168 282).
Villamanta

63 km de superficie es lo que ocupa este destino de campos alomados modelado por el arroyo Grande en la cuenca del Alberche. Un buen inicio de ruta para descubrirlo es pasear por el casco histórico, en donde se irán encontrando varios puntos de interés como su antiguo Caserón con varias galerías subterráneas, la Ermita del Socorro de Nuestra Señora, la iglesia parroquial de Santa Catalina o el Hospital de Pobres y Viandantes. Tras el turismo interior, continuar por su entorno natural haciendo una de sus muchas rutas por la Dehesa de Navacotonosa y la de Valdeciervos. Para el buen comer Casa Judas, en la avenida de la Libertad, o Casa Luis, en la calle principal y con número de teléfono 928164179. Ambos restaurantes señalados.
Navalcarnero

Por la A-5 dirección suroeste, La Villa Real de Navalcarnero aparece. Y aunque actualmente pertenece a la Comunidad de Madrid, se debió durante muchos años a Segovia. Resquicio de aquella época es su plaza con el mismo nombre. 500 años de historia que viven en varias esculturas en memoria de hechos históricos importantes acontecidos. Pero el encanto de lo antiguo también vive bajo sus calles… Porque Villa Real de Navalcarnero es casi más extenso bajo tierra. En su casco viejo las cuevas bajo las casas son de lo más habitual. Bodegas y despensas privadas durante el Renacimiento, escondite y refugio durante la Guerra Civil. Aunque a día de hoy la mayoría están hundidas o abandonadas, otras son Museos como el del Vino o el Centro de Interpretación. Y otras restaurantes, como la Cueva del Beso, en la Hostería de las Monjas, nuestra selección culinaria en esta escapada.
Torrelodones

Un fin de semana en Torrelodones le permite a uno llenar sus pulmones del aire que se respira en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el del curso medio del Guadarrama, o tentar a la suerte en El Casino Gran Madrid. Volviendo a la naturaleza, este es un destino llamativo para los amantes de las rutas, ya sea a pie o en bici. Las del Canto de la cueva y Monte de los Ángeles, del Arroyo de Trofas o la del Tapia del Pardo permiten recorrer la zona de este a oeste y de norte a sur. En los alrededores, el embalse de los Peñascales, el molino de Juanjo Mingo y la Torre de los Lodones, musulmana e incluida en el escudo municipal. Ya en las calles de esta conocida localidad, la Iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora y la Fuente del Caño, construida durante el reinado de Felipe II, son dos paradas suculentas para la vista. Para comer o cenar, mejor hacerlo en una de las cinco mejores terrazas de Europa, en El Trasgu.
Lo dicho… si tienes un Jeep Compass la diferencia entre la aventura y el trabajo cotidiano está mejor delimitada… Todo es cuestión de tiempo y de estilo.
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