
En el bullicio de la capital
Con más de dos millones y medio de habitantes, Amman es una ciudad caótica, con obras perennes y un crecimiento exponencial que ha superado cualquier previsión urbanística. Las guerras de Irak y Líbano han provocado un éxodo masivo de sus habitantes hacia Jordania, un país en paz y próspero.
Además de cientos de miles de palestinos, sólo de Irak han llegado más de 100.000 exiliados en los últimos cinco años. El gobierno jordano ha aprovechado esta oportunidad con políticas atractivas para las clases adineradas, que se han establecido en Amman, desplazando a Beirut como centro económico del Oriente próximo árabe.
Pero también han llegado miles de desheredados, que abarrotan los suburbios de la ciudad.
Moderna y cosmopolita, en Amman cruzar a pie alguna de sus calles y avenidas puede convertirse en una hazaña de alto riesgo.
Eso sí, ofrece breves pinceladas de su historia en la Ciudadela (Jebel al-Qala-a), con los restos de un palacio omeya del año 720, el teatro romano (el monumento más antiguo de la ciudad) o el museo de arte contemporáneo Darat al-Funun. Pero lo más interesante para el viajero es disfrutar de los bares y cafés en el elegante barrio de Shmeisani, un verdadero oasis occidental en el centro.
Allí encontramos cómodo alojamiento en el hotel Alqsar Metropol (precio europeo), pero tras una semana de camping, merecíamos disfrutar de ciertas comodidades. En el Hammam Al-Pasha, en un agradable ambiente tradicional, nos dimos un reconfortante baño turco con vapor.
Abandonar la bulliciosa Amman rumbo al Monte Nebo (el histórico lugar donde Moisés vio por primera vez la tierra prometida), Betania (donde se ha documentado el bautismo de Jesucristo), o darse un baño en el Mar Muerto y sus calientes y salinas aguas pueden representar un alivio y regreso a la paz y tranquilidad.
Abandonar la bulliciosa Amman rumbo al Monte Nebo (el histórico lugar donde Moisés vio por primera vez la tierra prometida), Betania (donde se ha documentado el bautismo de Jesucristo), o darse un baño en el Mar Muerto y sus calientes y salinas aguas pueden representar un alivio y regreso a la paz y tranquilidad.
Petra, la ciudad de los nabateos
Esta legendaria urbe ya es mencionada en el Antiguo Testamento. Los nabateos llegaron en el año 647 a.C., pero durante su Edad de Oro, en el siglo I, Petra se convirtió en una ciudad cosmopolita, con elegantes jardines, edificios y canales de agua; llegó a tener hasta 30.000 habitantes. Con los romanos, la ciudad inició un lento declive y permaneció olvidada durante más de 500 años.
Disfrazado de comerciante musulmán y acompañado por un guía local, el suizo Jean Louis Burckhardt exploró Petra en 1812 y, tras la publicación de su diario, le siguieron diversas expediciones británicas. Los primeros turistas llegaron en 1925 y, tras el nombramiento de Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el gobierno jordano consiguió a mediados de los 80 que la tribu bdul, que había habitado durante siglos este lugar, se mudara a Umm Sayhoun, a cuatro kilómetros, un espacio creado ex profeso con electricidad y escuelas.
Junto a la ciudad antigua, la moderna Wadi Musa dispone de establecimientos de las mejores cadenas hoteleras. En verano, el lugar es muy caluroso y conviene madrugar para la visita, que sólo puede realizarse a pie, a caballo o en carro.
Tras recorrer unos tres kilómetros la angosta garganta del Siq, el viajero se topa con el famoso templo del siglo I a.C. Al-Khazneh (el Tesoro) y su impresionante fachada esculpida en la roca (foto de la izquierda). Otros monumentos, como las Tumbas Reales (foto de abajo) jalonan la ciudad, donde también los romanos dejaron su impronta, con un teatro y algunos templos.
En el bullicio de la capital
Con más de dos millones y medio de habitantes, Amman es una ciudad caótica, con obras perennes y un crecimiento exponencial que ha superado cualquier previsión urbanística. Las guerras de Irak y Líbano han provocado un éxodo masivo de sus habitantes hacia Jordania, un país en paz y próspero. Además de cientos de miles de palestinos, sólo de Irak han llegado más de 100.000 exiliados en los últimos cinco años.
El gobierno jordano ha aprovechado esta oportunidad con políticas atractivas para las clases adineradas, que se han establecido en Amman, desplazando a Beirut como centro económico del Oriente próximo árabe. Pero también han llegado miles de desheredados, que abarrotan los suburbios de la ciudad.
Moderna y cosmopolita, en Amman cruzar a pie alguna de sus calles y avenidas puede convertirse en una hazaña de alto riesgo. Eso sí, ofrece breves pinceladas de su historia en la Ciudadela (Jebel al-Qala-a), con los restos de un palacio omeya del año 720, el teatro romano (el monumento más antiguo de la ciudad) o el museo de arte contemporáneo Darat al-Funun.
Pero lo más interesante para el viajero es disfrutar de los bares y cafés en el elegante barrio de Shmeisani, un verdadero oasis occidental en el centro. Allí encontramos cómodo alojamiento en el hotel Alqsar Metropol (precio europeo), pero tras una semana de camping, merecíamos disfrutar de ciertas comodidades.
En el Hammam Al-Pasha, en un agradable ambiente tradicional, nos dimos un reconfortante baño turco con vapor.
Abandonar la bulliciosa Amman rumbo al Monte Nebo (el histórico lugar donde Moisés vio por primera vez la tierra prometida), Betania (donde se ha documentado el bautismo de Jesucristo), o darse un baño en el Mar Muerto y sus calientes y salinas aguas pueden representar un alivio y regreso a la paz y tranquilidad.
Tras las huellas de los caballeros cruzados
Después de recorrer de norte a sur la orilla del Mar Muerto, te recomendamos una parada en Karak para visitar la impresionante fortaleza que erigió el rey Balduino II de Jerusalén en 1142. La línea de defensa de los cruzados se extendía desde Aqaba, en el sur, hasta Turquía, en el norte, y su castillo más emblemático era el Krak des Chevaliers, en Siria. Cuenta la leyenda de Karak que Reinaldo de Chatillon solía lanzar a sus prisioneros desde las murallas al valle, 450 metros más abajo.
Este sádico rey de los cruzados fue decapitado por Saladino, cuyo ejército tomó el castillo en 1183 tras un largo asedio.
La carretera del rey o del sultán (At-Tariq as-Sultani) atraviesa escarpadas montañas, profundos barrancos y la impresionante Reserva Natural de Dana, un lugar ideal para montañismo y caminatas.
Es una de las tres carreteras que se extienden de norte a sur del país, pero ésta es la más interesante y en ella te sientes parte de la Historia, pues por estos parajes han desfilado Moisés y los israelitas camino de la Tierra Prometida, los nabateos, los cruzados y los peregrinos hacia y desde La Meca. Los pueblos están separados unos de otros, pero hay tiendas y supermercados para abastecerse de todo lo necesario.
Vida en el mar muerto
La depresión más profunda de la Tierra es la formada por el curso del río Jordán, que conforma la frontera natural entre Jordania e Israel. Ubicado a más de 400 metros bajo el nivel del mar, el Mar Muerto es una maravilla de la naturaleza creada por la presión de la placa tectónica asiática, que se mueve unos centímetros hacia el norte cada año y la placa africana, empujando al contrario.
Con temperaturas extremas que durante el verano pueden superar los 50º C, el Mar Muerto ha sido testigo de numerosos acontecimientos recogidos en la Biblia; el último en Betania, en su parte norte, donde se ha documentado el lugar en el que fue bautizado Jesucristo. Justo a orillas del Jordán y en la mismísima frontera, este lugar fue visitado recientemente por el Papa Benedicto XVI y se ha convertido en un reclamo turístico de primer orden.
Desprovisto de cualquier aportación de agua dulce, que es desviada para riego y consumo humano, su nivel desciende cada año, a la par que aumenta su ya altísima salinidad. Un baño en estas calientes aguas es una experiencia inolvidable. Incluso en alguno de los hoteles de sus orillas (muy pocos en el lado jordano, en la zona denominada –Playa de Amman-) se ofrecen también terapias de barro.
Al sur del Parque Natural de Wadi Mujib, cerca del Mar Muerto, surge una refrescante sorpresa para el viajero, con profundas gargantas repletas de cascadas y manantiales y recorridas por un río de agua dulce, cuyo valioso caudal de agua se recoge para el suministro de Amman.
Tras las huellas de los caballeros cruzados
Después de recorrer de norte a sur la orilla del Mar Muerto, te recomendamos una parada en Karak para visitar la impresionante fortaleza que erigió el rey Balduino II de Jerusalén en 1142. La línea de defensa de los cruzados se extendía desde Aqaba, en el sur, hasta Turquía, en el norte, y su castillo más emblemático era el Krak des Chevaliers, en Siria.
Cuenta la leyenda de Karak que Reinaldo de Chatillon solía lanzar a sus prisioneros desde las murallas al valle, 450 metros más abajo. Este sádico rey de los cruzados fue decapitado por Saladino, cuyo ejército tomó el castillo en 1183 tras un largo asedio.
La carretera del rey o del sultán (At-Tariq as-Sultani) atraviesa escarpadas montañas, profundos barrancos y la impresionante Reserva Natural de Dana, un lugar ideal para montañismo y caminatas.
Es una de las tres carreteras que se extienden de norte a sur del país, pero ésta es la más interesante y en ella te sientes parte de la Historia, pues por estos parajes han desfilado Moisés y los israelitas camino de la Tierra Prometida, los nabateos, los cruzados y los peregrinos hacia y desde La Meca. Los pueblos están separados unos de otros, pero hay tiendas y supermercados para abastecerse de todo lo necesario.
Wadi rum, para disfrutar del 4×4
Recorrer con tu coche este magnífico y espectacular desierto puede representar uno de los momentos más emocionantes del viaje. En realidad, Wadi Rum (pronunciar -ram-) es una continuación del gran desierto de Arabia y está formado por una secuencia de grandiosas montañas de granito, basalto y arenisca, que forman profundos cortados y desfiladeros, con el fondo cubierto de fina arena.
Este imponente lugar ha llegado a la mitología oriental asociado a la figura de Thomas Edward Lawrence, un espía británico que a principios del siglo XX lideró el levantamiento de las tribus árabes contra las potencias occidentales. Su libro Los Siete Pilares de la Sabiduría, publicado en 1926, es una autobiografía de sus hazañas y, aunque tiene mucho de autobombo, fue la base del guión de la famosa película Lawrence de Arabia, estrenada en 1962 con Peter O-Toole en el papel del héroe.
Wadi Rum es hoy un parque natural y un gran reclamo turístico al que se llega por una única carretera que desemboca en el centro de visitantes, donde es necesario registrarse y pagar 10 euros para conocerlo. A partir de este punto se acaba el asfalto y, si has llegado con tu propio 4×4... a disfrutar.
Si dispones al menos de un GPS, la orientación no es complicada y las vías principales están claramente marcadas con roderas en la arena. Una buena ruta es explorar el desierto hacia el sur y encontrar la pista de Aqaba.
Normalmente los turistas llegan en autobús desde Petra o Amman y en la entrada son recogidos por una enorme flota de destartalados, pero robustos, Land Cruiser 40 que los transporta a sus lugares de acampada.
El Wadi Rum dispone de espectaculares escenarios naturales, muchos de ellos relacionados con la mercadotecnia de Lawrence de Arabia y algunos restos nabateos y prehistóricos, pero también es un paraíso para los amantes de la escalada y el montañismo.
De petra a aqaba por el wadi rum
A medida que nos acercamos a Petra, aparecen autobuses repletos de turistas para depositar a sus impacientes pasajeros en los numerosos hoteles de Wadi Musa, la moderna ciudad erigida junto a los restos de la capital nabatea. Buscando alojamiento al aire libre, encontramos el Amamreen Camp, uno de los poquísimos camping del país, junto a Sig al-Berid, o la -pequeña Petra-, un lugar paradisíaco rodeado de pináculos rocosos con evocadoras formas.
Como el precio nos parece una estafa para los escasísimos servicios ofrecidos (una manguera a modo de ducha), nos instalamos por libre en otro bello lugar cercano, junto a unos turistas italianos en un par de Land Rover Defender. Por la noche la policía turística nos visita, recomendando, con gran tacto y cortesía, abandonar el lugar -por el peligro de los animales salvajes-.
Con amabilidad y firmeza defendimos nuestro derecho a descansar allí y finalmente les convencimos. Fue el único incidente destacable que tuvimos en todo el viaje, una situación forzada probablemente por el dueño del camping al ver volar a sus clientes.
Entre montañas y por suelo muy arenoso
Tras la emocionante (y cansada) visita a pie a las ruinas de Petra, ponemos rumbo al sur por la -autopista del desierto- hacia Wadi Rum, un lugar de peregrinación y culto que todo aficionado al 4×4 debería visitar al menos una vez en la vida. Aquí todo es acogedor y te encuentras circulando siempre entre horizontes bien definidos por impresionantes cortados o farallones rocosos verticales.
El suelo arenoso evita cualquier traqueteo inquietante y conducir es lo más parecido a rodar sobre una alfombra. Puro placer. Si además del 4×4 también te gusta la escalada, te sentirás como en el paraíso, con espectaculares y arriesgadas vías. Sé prudente, sobre todo si te aventuras por estas tierras tú sólo. Aunque, en caso de necesitar ayuda, no será difícil que uno de los numerosísimos Land Cruiser 40 de los beduinos que -patrullan- el parque pueda ofrecerte auxilio.
Estos viejos, pero fiables, Toyota resultan aquí mayoría y sólo algunos Patrol y contados Land Rover rompen la monotonía. Por cierto que, repletos de turistas y trabajando a destajo, también nos cruzamos con un par de Patrol blancos con techo sobreelevado (producto exclusivo de la Zona Franca de Barcelona), con el escudo y la inscripción -Cooperación Española-.
Gracias a la amabilidad de los beduinos que nos indicaron el camino, pudimos prolongar nuestra ruta por el Wadi Rum hacia el sur y dirigirnos directamente por las pistas hacia la lejana Aqaba, la principal ciudad industrial de Jordania y su única salida al mar.
La costa jordana del Mar Rojo es limitada (y eso que el Rey Hussein cambió en 1965 12 kilómetros de litoral a Arabia Saudí, a cambio de un trozo de desierto), pero aquí sí que se ofrecen acogedores hoteles y algunos camping para descansar. La mayoría de ellos dispone de piscina y magníficas vistas sobre las cristalinas aguas del mar. Con unas mínimas nociones de natación y unas gafas de buceo con tubo, puedes disfrutar del fascinante espectáculo de los corales y el mundo submarino de estas riquísimas aguas.
Tras los sudores y el sofocante calor de Wadi Rum, terminamos nuestro viaje sumergidos en la piscina del Bedouin Moon Village, disfrutando de las magníficas vistas del golfo de Aqaba y la Península del Sinaí enfrente, mientras que el termómetro marcaba 45º C a la caída del sol.
Datos útiles
Población
6.198.677 hab. (españa, 44 millones).
Superficie
89.341 km2 (españa, 504.782 km2).
Capital
Amman (2.525.000 habitantes).
Climatología
Mediterráneo extremo. Lluvioso de noviembre a marzo y muy seco el resto del año. En el norte del país (valle del río jordán) el clima es más húmedo y la lluvia más abundante. Inviernos fríos en las zonas de mayor altitud (es frecuente la nieve en amman) y veranos muy calurosos en el mar muerto, aqaba o en el desierto de wadi rum, con temperaturas que pueden superar los 50 ºc.
Lenguas oficiales
Árabe. Gran parte de la población jordana habla o entiende el inglés. Los letreros indicadores en las carreteras están en árabe e inglés.
Religión
92% musulmanes (sunitas), 6% cristianos (mayoritariamente ortodoxos), 2% musulmanes chiitas, drusos y otros.
Moneda
Dínar jordano, dividido en 1.000 fils (1 e=1 dínar jordano). Las tarjetas de crédito visa y master card son comúnmente aceptadas.
Horario
Dos horas más que en españa.
Salud
No se requiere vacunación alguna para entrar en jordania.
Visado
Sí. Embajada de jordania en españa:
Martínez campos, 41
28010 madrid (españa)
Tel. 913 191 100.
4×4
Si vas en tu vehículo es necesario contratar un seguro en la frontera. Si quieres alquilar, lo pdrás hacer en aqaba, para recorrer el wadi rum.
Precio del combustible
0,8 e/litro la gasolina de 95 octanos. 0,4 e/litro el gasóleo.
Estado de las carreteras
Aceptables, pero muy por debajo del estándar europeo.
Seguridad
Mucha. Jordania es el país más seguro de oriente próximo, con unos índices de criminalidad entre los más bajos del mundo.
Electricidad
220 v (50 hz), como en españa.
Alojamiento
Los hoteles son caros en las zonas turísticas y amman. Muy pocos camping; sólo en petra y aqaba. La acampada libre está permitida, excepto en los parques naturales.
Gastronomía
En amman y las zonas más turísticas se puede encontrar comida occidental. El desayuno tradicional es el fuul (judías hervidas con zumo de limón, aceite de oliva y chili), con khubez (torta plana de pan). Para comer nuss farooj(medio pollo con arroz y ensalada, kebab (carne de tenera asada en un gran pincho) o shish tawook (el kebab de pollo). Pero la especialidad jordana es mensaf (cordero cocido con arroz, nuez molida y una crema de yogur por encima).
Compras
Las mejores tiendas se encuentran en amman, que también dispone del mayor centro comercial del país: mecca mall.
Cartografía
Road atlas (mapa publishers. Israel). Israel (cartographia, ktf. Budapest. Www.cartographia.hu).
Bibliografía
Nordania, lonely planet. Jordan, rough guides (en inglés). Www.visitjordan.com y www.jordan-tourism.net