Durante el mes de agosto, cuando circulaba por autopista, comencé a escuchar un pequeño ruido procedente del motor, pero no le dí importancia porque en la instrumentación no se encendió ningún chivato. Aún así, lo llevé al servicio oficial Tudecar. Allí comprobaron que no se encendía ninguna luz y el nivel de aceite era el correcto; pero me recomendaron que acudiera al taller Autosalduba, en Zaragoza, para que lo echaran un vistazo. Descubrieron que los bajos tenían una abolladura en el cárter que no dejaba pasar el caudal necesario de aceite al motor… y, como consecuencia, éste se había gripado. Ni el taller ni el seguro quieren hacerse cargo de la factura -7.500 euros-. ¿Qué hago? Insisto en que el testigo no funcionó.
El departamento de comunicación de Kia nos ha informado de que, aunque no está clara la causa de la avería, la garantía va a cubrir el coste de la reparación y, por tanto, el cliente no tendrá que pagar nada; de hecho, se le va a devolver el dinero que ya había adelantado -unos 300 euros-.
