Con la ayuda de otras personas, conseguimos dejarlo en un sitio que no molestase la circulación y, al día siguiente, mi padre pudo arrancarlo y lo aparcó en la parcela de nuestra urbanización… pero ya no pudimos volver a ponerlo en marcha. Llamamos al servicio de asistencia de KIA, que tampoco consiguió arrancarlo, así que se lo llevaron a un taller oficial. Allí pregunté si nos podían prestar un coche de cortesía y me comentaron que teníamos derecho a uno durante cinco días, pero como me ponían un taxi hasta Sevilla para recoger el vehículo de alquiler -en Huelva no tenían ninguno disponible porque era festivo- me restaban un día. Acepté porque no me quedaba más remedio. Cuatro días después, llamamos a la concesión para informarnos del estado del coche y saber si nos prorrogaban el alquiler del vehículo de cortesía. Nos dijeron que nos concedían un día más, pero en ningún momento nos informaron de quién se hacía cargo de los siguientes días del alquiler. Tres días después, recibimos una llamada del jefe de taller comunicándonos que el coche tenía la batería descargada y que la habían recargado. Mi padre le dijo que no estaba de acuerdo con esa reparación porque como era un coche nuevo, debían sustituirla por otra. El jefe de taller aceptó nuestra queja y nos comentó que el lunes la instalarían. Ese día nos acercamos al taller, pero allí nos comentaron que no tenían stock de baterías y tuvimos que esperar hasta el 21 de septiembre. En total, tardaron casi 12 días en reparar una batería defectuosa de origen; por eso, considero que ellos deberían hacerse cargo de los 360 euros que aboné por los días demás que necesité del coche de alquiler. ¿Es así?
El departamento de prensa de Kia nos ha comentado que, ante todo, -quieren pedir disculpas a Valentín por si en algún momento no se ha sentido debidamente atendido y decirle que se tomarán las medidas oportunas para que no vuelva a ocurrir. En cuanto al vehículo de sustitución, indican que se le aplicaron las condiciones del servicio de asistencia en carretera de Kia -especificadas en el manual de instrucciones del Rio- y, por deferencia comercial, se le prorrogó un día más el alquiler sin coste alguno. Con respecto a la incidencia técnica, señalan que posiblemente la batería, o bien no cargó correctamente -debido, en efecto, a que en la preentrega se dejara algún borne ligeramente suelto-, o el cliente dejó el vehículo la noche anterior con algún elemento encendido, por lo que sólo pudo arrancar el coche esa mañana y cuando se caló aún no le había dado tiempo a recuperarse. En cuanto a la demora en la reparación, con el consiguiente cargo al cliente en el alquiler por exceder los cinco días establecidos en el contrato de asistencia, fue debido a la orden de Valentín de que la batería fuese sustituida, una vez ya recargada ésta y, por consiguiente, reparada la avería; por tanto estos gastos corren de su cuenta-.