La Desmosedici junto a la 1198 S, a prueba en Motorland

Consigue el mejor precio No necesito lujosos hoteles, limusinas, yates, masajes o comida -pitiminí- cuando tengo en el garaje esperándome dos de las motos más deseadas del mundo. Hablamos de las dos joyas por excelencia de Ducati, pasión pura italiana: La Desmosedici RR y la 1198 S. ¡Esto sí que es un lujo! ¿Quién quieres […]


No necesito lujosos hoteles, limusinas, yates, masajes o comida -pitiminí- cuando tengo en el garaje esperándome dos de las motos más deseadas del mundo. Hablamos de las dos joyas por excelencia de Ducati, pasión pura italiana: La Desmosedici RR y la 1198 S. ¡Esto sí que es un lujo! ¿Quién quieres ser hoy? ¿Casey Stoner o Norick Haga? Pues puestos a elegir, me pido ser… ¡los dos! He de reconocer que esto no es una prueba de motos al uso. Tener el honor de ser el primero en rodar en un circuito de Grand Prix como es el recién estrenado Motorland de Aragón, no es algo que sucede cada día. Al igual que tampoco sucede cada día la posibilidad de exprimir toda una MotoGP -prácticamente así es la D16- sin limitación de ningún tipo. Se puede decir que nuestra Desmosedici es una réplica de MotoGP de las de verdad, de las primeras, aquellas agresivas de 990 cc. Y aunque la MotoGP original de carreras alcanzaba las 17.000 rpm y la nuestra está capada a 14.000 rpm para rodar por la calle, os aseguro que sólo con arrancarla ya asusta, y mucho. Son más de 200 CV con una configuración 100% racing. Si en parado acongoja, imagina cómo será en pista. Al protagonismo de la Desmosecidi añadimos una actriz secundaria de -Óscar-, una Ducati 1198 S.

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