Sin embargo, sólo dos meses más tarde, el asunto del espionaje industrial terminó por estallar en las manos de la compañía. A mediados de marzo, Renault tuvo que reconocer que la acusación fue completamente falsa, ya que no había rastros de cuentas en bancos suizos -como se especuló en un principio- ni dinero proveniente de China. Automáticamente, la maquinaria se puso en funcionamiento para esclarecer lo sucedido, y el propio presidente de la compañía, Carlos Ghosn, solicitó una auditoría que arrojara luz en este caso de fraude informativo. Ahora, con las conclusiones en la mano, la cúpula de Renault se ha reunido para tomar medidas, que traen consigo una reestructuración del mismísimo Consejo de Administración.
Pero, ¿qué ocurrió en el seno de la marca para llevar a esta acusación injustificada de tres directivos? Según este informe, la mayoría de errores están relacionados con una falta de supervisión y control de las actividades de la Dirección de Protección del Grupo.
Indemnización a los acusados
Para reparar el daño a los tres acusados, Renault ya ha llegado a un principio de acuerdo con Michel Balthazard, Matthieu Tenenbaum y Bertrand Rochette, apartados de sus funciones de manera injustificada a principios de año. La marca del rombo también ha llegado a un acuerdo con Philippe Clogenson, que fue despedido en 2009.
Cambios profundos en el Consejo
Esta trama no terminará con la indemnización a los tres acusados, sino que también traerá consigo una profunda remodelación de la organización de la compañía. Para empezar, Rémy Pagnie, director de protección y seguridad del Grupo, así como sus dos colaboradores Dominique Gevrey y Marc Tixador, ya han comenzado a negociar su salida de la empresa.
Jean-Yves Coudriou, director de mandos superiores y Christian Husson, director jurídico han sido relevados de sus funciones, aunque aún no se ha decidido su futuro. Lo mismo ocurre con Laurence Dors, Secretaria General.
Patrick Pélata, director general delegado para operaciones de Renault, ha presentado su dimisión, una petición que ha sido aceptada por el Consejo de Administración. Continuará gestionando el día a día de los asuntos operativos hasta su salida de Renault, aunque mantendrá un puesto -sin definir- dentro de la Alianza Renault-Nissan.
Mouna Sepehri es, a partir de ahora, directora delegada a la presidencia de Renault y supervisará las funciones que dependen actualmente de la secretaría general y de la dirección jurídica. Además, llevará a cabo una reflexión sobre las lecciones que se extraen de esta crisis en materia de comunicación. Se incorpora al Comité Ejecutivo del Grupo Renault, al igual que Marie-Françoise Damesin, directora de recursos humanos.
Para que no se vuelva a repetir un episodio similar, se reforzará el dispositivo de ética del Grupo y se creará un Comité de Ética, que sustituirá al actual Comité de Quejas. El siguiente paso es el nombramiento de un director de ética para dicho Comité, cuyo trabajo dependerá directamente del presidente de la compañía.