Esta implantación es la clave de la estrategia de la firma china, que, tras desembarcar en Italia en 2006, acaba de iniciar la venta de sus productos en Reino Unido y pronto ampliará la lista de 120 países en los que ya está presente.
Conocido en otros mercados como Wingle o V240, el Steed es un tradicional pick up de chasis de largueros, eje rígido trasero y motor diésel longitudinal con tracción permanente al tren trasero, conectable al delantero y caja tránsfer con reductora. Comenzó a venderse en 2006, y la versión que ahora empieza a producirse y comercializarse en Europa presenta un acusado rediseño respecto a las primeras unidades.
Sus similitudes estilísticas y estructurales con el Isuzu D-Max son evidentes; desde los paneles de la carrocería hasta el salpicadero o los peculiares pulsadores que gobiernan la tránsfer. De hecho, Great Wall ya fue condenada por un tribunal italiano por su copia de la segunda generación del Fiat Panda, cuya venta fue prohibida en aquel país por infringir las leyes de copyright.
Además del motor turbodiésel de dos litros, el Steed apuesta por un 2.4 atmosférico de gasolina que puede adquirirse en configuración bi-fuel gasolina sin plomo 95/gas licuado de petróleo. Este propulsor entrega 200 Nm y 126 CV, mientras que el diésel logra 305 Nm y 142 CV.
Para el lanzamiento en Reino Unido se ha configurado una gama de dos versiones, ambas con motor diésel y carrocería de doble cabina. La más básica (S) dispone de tracción total con reductora, llantas de aluminio, aire acondicionado, radio Alpine y tapicería de cuero. El acabado superior (SE) añade hard top con raíles para baca, recubrimiento de la caja de carga y sensores de proximidad para el aparcamiento. Estas dos versiones cuestan el equivalente a 17.193 y 19.650 euros, respectivamente.
En Italia, la oferta es mayor, con versiones 4×2, bi-fuel -basadas en la carrocería antigua- y de cabina sencilla, si bien allí su precio es mayor; la versión 4×4 Super Luxury cuesta 22.046 euros. Si quieres hacerte con uno, puedes comprarlo allí, encargárselo a un importador paralelo o esperar a que la firma china empiece a operar en España.
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