Este innovador sistema será capaz de aprovechar energía de tres fuentes distintas: de las subestaciones eléctricas que alimentan las catenarias, de las frenadas de los trenes y de las placas fotovoltaicas que se instalarán en las marquesinas de los aparcamientos. Esta energía será almacenada y distribuida mediante postes de suministro -en total se podrá recuperar el 8% de la energía que consume el sistema ferroviario-. Según ha declarado el presidente de Adif, Antonio González, el coste inicial de una ‘ferrolinera’ es de unos 6.000 euros, un coste bajo que permitirá establecer unas tarifas económicas a los usuarios, o al menos ésa es la intención de Adif según ha confirmado su presidente: «[los precios] tratarán de ser lo más competitivos posibles»
El proyecto malagueño entrará en funcionamiento antes de que termine el año, aunque la idea es ir extendiendo esta iniciativa por otras estaciones importantes de la red -Adif cuenta con 1.568 estaciones en España-. La empresa tiene como objetivo crear hasta 40 puntos de recarga en las estaciones grandes, mientras que las más pequeñas contarán con entre cuatro y ocho puntos. Según los cálculos que maneja Adif, la energía generada por los vehículos al frenar oscila entre los 5.000 y los 10.000 watios -según el tamaño del tren-, lo que permitiría recargar hasta 10 coches.
Este proyecto se ha podido poner en marcha gracias a una subvención de 1,48 millones de euros del programa ‘Innpacto’ del Ministerio de Ciencia e Innovación. Ha sido desarrollado por el Centro de Tecnologías Ferroviarias de Adif en Málaga y ha contado con la participación de Green Power, Isofotón, MP Sistemas, el Instituto Andaluz de Tecnología y las universidades de Sevilla y Málaga.