Como comentaron los responsables de la marca durante su presentación en el Salón de Ginebra, todos los elementos del Gallardo LP 570-4 Superleggera han sido modificados con el único objetivo de mejorar la aerodinámica, un trabajo en el que el túnel de viento ha tenido un papel protagonista.
Al igual que un deportivo de carreras, esta versión se caracteriza por unas grandes tomas de aire delanteras, unos bajos totalmente lisos para que el flujo de aire se concentre en el difusor y un alerón trasero de pequeñas dimensiones en la zaga. De manera opcional se puede sustituir este alerón por uno de mayor tamaño.
Como clarifica su apellido, una de las mayores preocupaciones se ha centrado en la reducción de peso, y por ese motivo la fibra de carbono se ha convertido en la principal aliada. Además de en la parte exterior del vehículo, la fibra de carbono se abre paso en el habitáculo para posarse sobre la palanca de cambios, el túnel de transmisión o los paneles de las puertas. Con este mismo objetivo, la piel ha dejado paso a la Alcántara, aunque quizás habría merecido la pena ceder unos kilos a favor de un interior a base de fibra de carbono y pieles de primera calidad.
570 CV
El Gallardo LP 570-4 Superleggera monta el motor V10 de 5.204 cc que utiliza el Gallardo LP560-4, aunque es capaz de aumentar la potencia hasta los 570 CV, frente a los 560 de la versión menos aligerada (el Gallardo Superleggera -normal- se conforma con un motor de 4.961 cc y 530 CV de potencia). El par máximo es de 540 Nm a 6.500 rpm (aquí no varía con respecto al LP560-4).
Esta potencia se transmite mediante una caja de cambios e-gear de seis velocidades con levas en el volante. Si antes hablábamos de un desarrollo aerodinámico similar al de un coche de carreras, el sistema launch control es otro de los dispositivos que lo acercan a los bólidos de competición. Este sistema revoluciona el motor hasta las 5.000 vueltas para salir desde parado con más brío sin maltratar los neumáticos Pirelli P Zero Corsa que monta de serie sobre unas llantas de 19 pulgadas.
Como es de esperar, este aumento de potencia -junto con la pérdida de kilos- hace posible que el tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h se reduzca hasta los 3,4 segundos (el LP560-4 acelera en 3,7 segundos), mientras que el consumo cae hasta los 13,5 l/100 km (el resto de la gama se sitúa entre los 14 y los 17 litros). Para frenar tanta energía, monta pinzas de aluminio de ocho pistones en las ruedas delanteras, y de cuatro en las traseras con discos de 365 y 356 mm.
